La última época que viví en Madrid, iba de vez en cuando a cortarme el pelo en una peluquería del barrio de Tetuán. Frente a donde me lavaban el pelo, había un cuadro de grandes dimensiones de Sophie Turner, que era imagen de alguna marca de productos de peluquería. Esta actriz, ampliamente conocida por ser Sansa Stark en Juego de Tronos, me cae bastante bien. En parte porque cuando veo alguna entrevista suya en la tele parece una muchacha bastante normal y simpática; en parte también porque sufría tanto en la serie que uno termina por empatizar con su personaje.
Salseando por Instagram, la aplicación me ha recomendado un vídeo de una visita suya al programa de James Corden de hace más de cuatro años. Yo no lo tenía visto y me he puesto a ello. Resulta que es una gran fan de Eminem y, ni corta ni perezosa, se rapea en directo y a capela The Real Slim Shady. Los actores, generalmente, tienen el don de hacer casi todo bastante bien. Gajes del oficio, supongo.
Nunca he sido un gran fanático del rap. Fight The Power, cuatro chispazos más y ya. Recuerdo que el The Eminem Show entró como una apisonadora en mi clase allá por 2002. Todos nos compramos el CD, hicimos comprar también a nuestros padres vaqueros y zapatillas anchas y tarareábamos Wihout Me, Business y Cleanin’ Out My Closet a todas horas (cantar no; eso es otra cosa).
La unión del rap y el rock va más conmigo que el rap más puro. En este aspecto, mis referencias más personales son Negu Gorriak y Def Con Dos. A los madrileños, de los que me he descolgado un poco en el último lustro, los he visto en directo en diferentes giras. Tengo muy buen recuerdo de cuando regresaron con Recargando, donde ofrecieron un buen recital en una noche de Aste Nagusia en Sagüés. En aquella época, los amigos jugamos a rapear De cacería de vez en cuando. De los Negu Gorriak, una de mis favoritas es Hiri gerrilaren dantza y me gustaría destacar también Radio Rahim porque, además de ser un temazo, se ve en el videoclip el antiguo Gaztetxe de Egia: mi barrio.