Tal vez suene pretencioso, pero “Rolling Stones: Crossfire Hurricane” se supone que es el documental definitivo de la banda y cuenta con todos los permisos y colaboración de los británicos. Ellos fueron los chicos malos del reino y siguen siendo una de las bandas más grandes de la historia del rock. Su carrera comenzó con la alargada sombra de los Beatles y el documental lo plasma a la perfección. Un film sobre los cuatro de Liverpool no nombraría a los Stones en ningún momento, por el contrario, este documental habla una docena de veces de John, Paul y compañía. La música no es una competición, pero me atrevería a decir que detalles como estos marcan la jerarquía musical.
Las comparaciones son odiosas, pero no puedo evitar recordar la obra maestra de Scorsese sobre George Harrison. Este documental sobre los Rolling Stones está muy bien y es altamente recomendable, pero tras ver la emocionante pieza sobre el beatle fallecido todo sabe a poco.
http://youtu.be/Zdhtwisb4QI
“Rolling Stones: Crossfire Hurricane” es un brillante repaso a la alocada carrera de sus satánicas majestades. En sus comienzos hacían versiones y ni se planteaban componer nada. Eran odiados por los mayores, adorados por una juventud revolucionada, maleducados y sus conciertos eran puro caos. Muchos shows no conseguían llegar al cuarto de hora por invasiones de escenario y la locura se apoderaba por completo de su público. En el Reino Unido eran seguidos mayoritariamente por chicas que llegaban a orinarse encima por la excitación de verlos, en el resto de Europa varones animalizados los esperaban allá donde tocaban listos para vibrar. No era extraño que un bolo de ellos terminara en disturbios con la policía y el acoso del fenómeno fan los sobrepasaba.
Eran lo que los jóvenes de la época querían, una reacción química adecuada y a ratos desproporcionada. La química, en forma de droga, ha dado muchos problemas a la banda. Brian Jones fue fundador y guitarrista del grupo, además de un gran músico. Tuvo que abandonar la banda cuando las drogas tomaron el control de su vida y murió a los pocos días de dejar de ser un stone. Fue un palo importante para la banda, que dos días después le dedicó un concierto en Hyde Park (1969) ante medio millón de personas. Lo último que grabó Brian Jones fue el punteo de “No expectations”, cuando ya se encontraba muy tocado por los psicotrópicos.
http://youtu.be/El5ibsinDbE
Mick Jagger y Keith Richards estuvieron a punto de pasar una larga temporada entre rejas cuando les cogieron con droga encima, pero lograron que anularan sus condenas (3 meses para Mick y 1 año para Keith). Años después, Keith intentó colar 1 kilo de heroína de gira en Canadá. Esto estuvo a punto de terminar con la banda, pero logró esquivar a la justicia una vez más y dejar las drogas con ayuda psicológica.
Las caderas y trasero de Jagger hacían moverse a una generación insatisfecha al ritmo de “Paint it black”, “Satisfaction”, “It’s only rock and roll”, “Sympathy for the devil” o “Brown sugar”. Mick reconoce que hhacía y sigue haciendo bien su papel y que aprendió a arengar a las masas viendo a Little Richard. Lo cierto es que ellos fueron el catalizador del malestar, como lo podía ser un partido de fútbol de la época.
http://youtu.be/TdJZnCQtXbo
Mick Tylor fue una gran incorporación para la banda tras la muerte de Brian Jones, pero Ron Wood fue un nuevo florecer de los Stones más salvajes. Dio a la banda el aire que había perdido en las últimas giras y aportó su calidad y desparpajo a los nuevos temas. Todo esto y otros episodios como el fatídico concierto de Altamont (California), la época en el sur de Francia, la amenaza del gobierno de Estados Unidos en la gira de 1972 o los problemas con la hacienda inglesa completan un documental digno de ser visto.
Pasaron de ser el novio que una madre no querría para su hija, a estrellas queridas por todos y todas sin cumplir los 40. Es solo rock and roll, pero los amamos.