Dover es esa banda que pasó de ganar el Premio Ondas a grupo revelación (1997) o el Premio a mejor artista español de MTV Europa (2000), a ganar el Premio Top Glamour de la música (2007). Con todos mis respetos a este último galardón, esta es la radiografía que muestra el cambio que pegaron en lo que a su actitud musical se refiere. Aviso: esto es todo opinión personal desde el respeto.
No destacaban por sus trabajadas composiciones o por ser una banda top a nivel musical; gustaban por unas melodías rock que se pegaban desde el primer riff y por la actitud de unas hermanas bien acompañadas, que cuidaban más su música que su imagen (o tal vez era otra imagen la que tenían que me transmitía más). No, no está reñido ser guapo con tocar buen rock and roll, no saquemos las cosas de quicio. Tampoco me parece mal que Cristina refinara su aspecto, pero es imposible no encontrar paralelismos.
Su carrera comenzó con “Sister” en 1995. Cierto es que no llegó a las 1000 copias, pero estas llegaron a las manos que debían. “Devil come to me”, con temas como la que daba nombre al disco, “Serenade” o “Loli Jackson”, les lanzó a la fama. “Late at night” y “I was dead for 7 weeks in the city of angels” suenan más rock y contienen temas muy potentes como “DJ”, “Cherry Lee”, “Better day” o “The weak hour of the rooster”. Con “The Flame” seguían sonando bien pero tal vez algo más pop. Tras este disco llegó la escabechina.
Lo que me dejó en fuera de juego fue que dejaran de hacer sus canciones llenas de personalidad y las cambiaran por las simplonas “Let me out” y compañía. El cambio de sonido les trajo buenos números de ventas y premios, pero fueron flor de un día. Su segunda referencia en esta línea tuvo una escasa acogida y se coló de manera muy discreta en las listas más famosas del país por ser de quien era. Dover tenían seguidores fieles a su sonido y los que les compraron las copias del “Follow the city lights” no fueron buenos amantes. Me gusta que las bandas esperimenten en su sonido y abran su mente, no que parezcan otro grupo peor con el mismo nombre. Dejaron de “matar” al DJ en su videoclip de dicha canción para ser su mejor amigo.
En 2013 se cumplen 20 años de la formación de la banda y 15 del lanzamiento de su disco “Devil come to me” (1997). Han preparado una gira en la que presentarán dicho disco, que fue grabado en 20 días, con un apretado presupuesto de 80.000 pesetas y vendió 800.000 copias. Albergo esperanzas de que esta gira no quede en una anécdota y signifique la vuelta a ese sonido sucio, a ese sonido tan Dover y, si me lo permiten, con esas hermanas más cercanas a la familia Cobain que a la de Madonna.
Pasarán por San Sebastián el 25 de enero (Le Bukowski) y ya han vendido todo para dos días seguidos en la madrileña Sala El Sol (vivita y coleando desde 1979, un histórico de la noche de la capital). Han confirmado más fechas en este formato en diferentes puntos de la geografía nacional como Bilbao, Valencia, Barcelona, Vigo, A Coruña o Burgos. Todos los bolos serán en recintos pequeños. Yo, mientras tanto, sigo viendo vídeos de aquellas actuaciones más macarras del pasado. Han marcado el 666 y vuelven con lo mejor de su diablo, espero que sea para quedarse.