El madrileño barrio de O’donnell vio nacer a Rosendo Mercado el 23 de febrero de 1954. Se crió en Carabanchel y recibió su primer palo musical en la banda Ñu. “Estas canciones suenan como un leño”, fueron las palabras que tuvo que escuchar de boca de José Carlos Molina, líder de Ñu. ¡¡A buenas horas se lo dijo!! No perdió el tiempo y, tras realizar el servicio militar, formó Leño en el año 1977. Por aquel entonces, el punk estallaba en el Reino Unido y, mientras tanto, España asistía al nacimiento de una de las bandas referentes y decanas del rock cantado en castellano.
“El tren”, “¡Corre, corre!”, “Maneras de vivir” o “Sorprendente” quedan para la historia, y Leño dio en el año 1983 paso a una fructífera carrera en solitario de este rockero madrileño. “Agradecido”, “Loco por incordiar”, “Pan de higo”, “Flojos de pantalón” o la más actual “Masculino singular” son la muestra del buen hacer de Rosendo tras la disolución de Leño.
http://youtu.be/iisGI7SImec
http://youtu.be/6NdX6zsUTB0
http://youtu.be/JByoO2iRQXk
En 2011 se juntaron para un disco y DVD en directo un recinto de sonido majestuoso y el rock de las piezas de Rosen. Es la última referencia que tenemos de él, pero es un hombre que siempre está dispuesto a editar nuevo material. En cierta ocasión le escuché contar que se encerraba en la habitación de un hotel para componer los discos. Se llevaba la guitarra, un bolígrafo y un paquete de folios. Ya saben, esas cosas del rock and roll.
No vive solo de clásicos, sigue componiendo y dejando su música siempre en lo más alto. En lo personal, me gustó mucho el disco “Lo malo es… ni darse cuenta”, lanzado en el año 2005. “Cada día”, “El acogote”, “Duele pensar” o “¡A mí no me duele ná!” son la prueba de que le queda mucho por decir al abuelo de estos sonidos en la península.
Simpatía, respeto y admiración. ¿Qué hubiera sido de nosotros sin Rosendo? Pónganse quisquillosos si lo desean, pero él tuvo mucha culpa de que ciertos “ruidos” llegaran a nuestros oídos. Gracias por traer el rock, maestro.