Se acerca ese día que todo donostiarra tiene marcado en rojo en su calendario. La cuesta de enero es más inclinada para los habitantes de la capital easonense, pero eso nos da igual. Llega el 20 de enero, día de nuestro patrón. San Sebastián suena durante 24 horas a tambores y barriles, y, por lo tanto, solo les permito (si les parece bien) que en ese tiempo no me profanen las marchas del maestro Sarriegi.
Hoy, día 19, también les pediré encarecidamente que entonen el himno de la Real Sociedad. Los que vamos a Getafe a animar a los nuestros vamos a necesitar el calor de toda la provincia, puesto que va a hacer un frío del carajo en el desangelado Coliseum Alfonso Pérez. El año pasado llegamos al mismo escenario metidos de lleno en la pelea por la Champions, y si me lo permiten, un poco crecidos. Perdimos, pese a ponernos por delante, y, además, nos llovió en el descanso y la segunda parte. Puede parecer una tontería, pero en ese estadio no hay nada para resguardarse; está dejado de la mano de Dios (que, por cierto, precisamente esa extremidad ha sido noticia en cierto lugar de Brasil por un rayo bien lanzadopor por el hombre del espacio). No es Old Trafford y las fotos en Facebook no les quedarán igual de bien; supongo que tiene un poquito más de mérito acudir a ver un Getafe-Real Sociedad en vísperas de tan marcada efeméride.
No sé si se dejará ver el gorro de lluvia de Odón Elorza como la pasada temporada por las gradas del feudo azulón; puede que este año haga pira y se haya acercado ya a la capital guipuzcoana. Ganemos o perdamos, entonaremos el himno de la ciudad y de nuestro club, como siempre. Nos gusta cantar la Marcha de San Sebastián hasta en verano; así somos. Lo dicho, que ustedes pasen un buen día de San Sebastián. Gora Donosti!