Cuando Leiva arrancaba su andadura en solitario tras Pereza, tuve la ocasión de verlo en el Kafe Antzokia de Bilbao. Acudí con Txikitin y al final estuvimos con él un poquito. Su disco no sonaba mal, pero me decepcionó ligeramente que tirara tantísimo del repertorio de Pereza. Igual en número no eran tantas canciones de su anterior etapa, pero sí que tenían un peso que a mi parecer era desmedido. En aquel momento presentaba Diciembre, su primer álbum, pero ha sido con Pólvora, segunda referencia, con la que está recogiendo mucho de lo sembrado.
Entre estos frutos está el regalo que acaba de recibir: Leiva será el telonero de los Rolling Stones el 25 de junio (miércoles) en el Santiago Bernabéu. Siempre lo recuerdo diciendo que su padre nuestro era la música creada por sus satánicas majestades, y el buen karma le ha dado esta oportunidad única. Antes de que Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ronnie Wood pisen las tablas, el artista de la Alameda de Osuna estará sobre estas. No lo puede decir cualquiera. Haciendo memoria, recuerdo que en Anoeta abrieron para los británicos los mediocres Zenttric, de los que poco se ha vuelto a saber con todo lo que sonaron. También Loquillo tuvo el honor de encender la llama de una noche protagonizada por los Stones. Me parecería bonito que Leiva llamase a Rubén Pozo para tocarse un tema en tan señalada fecha.
Del mismo modo, este flaco madrileño fue noticia ayer por estrenar videoclip y single digital. Se llama “Mirada perdida” y se lo adjunto a continuación, a ver qué les parece. En comparación con aquella actuación en Bilbao, ahora se ve a un músico que vive más de un presente fructífero que de un pasado exitoso a más no poder.