La segunda jornada del Bilbao BBK Live 2014 habrá estado pitando durante horas en los oídos de los asistentes. La descarga de The Prodigy fue apoteósica, de esas que sólo puede dar una banda de su tamaño y trayectoria. Pero empecemos por el principio.
La tarde saludaba lluviosa a los primeros asistentes que recorrían pacientes las cuestas hasta llegar al recinto de los conciertos. Lo de las colas de los autobuses quedó en una anécdota del día anterior. The 1975 daban la bienvenida a todos con su pop calmado. Se presentaban por primera vez en la península ibérica y un buen puñado de gente bailó con sus ritmos suaves. Un buen plato para empezar el menú del viernes.
Frank Turner and The Sleeping Souls fueron un descubrimiento. Su vocal derrochó simpatía y buen hacer, y tenía unas ganas de hablar en euskera como nunca se ha visto en situaciones similares. Buena actuación. A la misma hora, Conor Oberst dejó al respetable un poco frío.
Bastille, primer plato fuerte de la jornada, reunieron a mucha gente frente al escenario 1. Momento cumbre con “Pompeii”. Se vieron carreras para llegar a ver a Jack Johnson en el escenario 2, que repetía en el BBK Live tres años después. Supo calmar y animar al mismo tiempo con sus ritmos surferos y buen rollo. Izal, a la misma hora, hicieron botar la carpa Sony. Foster The People fueron de más a menos. Comenzaron muy fuerte con ritmos que iban del pop al rock, pero terminaron por disipar a parte del gran público, que buscaba cenar antes de The Prodigy.
Y en este momento volvemos al comienzo de la crónica. Los británicos demostraron cómo el paso de los años no hace mella en el espíritu y la actitud. Aunque uno de los cantantes se obcecó en preguntar a ver qué tal estaba la “Spanish people”, el grupo ralló a gran nivel. Descargas así recuerdan a la de hace unos años de The Chemical Brothers en el mismo lugar, pero los chicos de Essex aún fueron más intensos. Al ritmo de “Breathe” y “Jetfighter” se metieron a todos en el bolsillo, y tocando “Omen” a las primeras de cambio terminaron por provocar la subida de tensión colectiva. “Firestarter” fue otro momento alto del show.
Tras estos, bandas como el cuarteto Palma Violets intentaron mantener la intensidad dejada por los cabezas de cartel, pero el listón estaba ya demasiado alto. El sábado con The Black Keys está en la mente de todos. Qué rápido se pasa el tiempo cuando se está a gusto. Últimas energías listas para el bolo de los estadounidenses…
Fotos cedidas por Musicsnapper, Rhythmandphotos & Tom Hagen.