A lo largo de la vida de este blog “24 segundos” hemos comentado que el baloncesto es un juego de sensaciones, como una partida de ajedrez donde las fichas se desplazan a lo largo y ancho del tablero. Al igual ocurre en una orquesta; cada uno aporta con una parte pequeña pero que conjuntamente con el resto de músicos consiguen llevar a cabo una perfecta sinfonía.
Esta pretemporada me está dejando la sensación de que detrás de estos partidos hay bastante más de cuatro victorias. Tenemos un equipo. Chicos que creen en una idea de baloncesto. En una manera de trabajar, que corren, que roban balones, que anotan y defienden con intensidad.
Tengo la sensación que existe un equilibrio entre ataque y defensa, entre juventud y veteranía, entre novatos y expertos, pero todos con la ilusión de comenzar algo nuevo que nos lleve a buen puerto.
Tengo la sensación de que no sólo tenemos el arma de “El Rifle” para poder atacar el otro aro. Tenemos gente aplicada con ganas de reivindicarse y de aprender. Tenemos gente con oficio a quien no se les caen los anillos por tener que ocuparse en momentos determinados de la intendencia. De lavar y colgar la ropa, barrer el suelo o limpiar los cristales.
Tengo la sensación que todo este camino que ya hemos hecho, es una ventaja respecto a otros equipos que han empezado a caminar más tarde. Esa es una ventaja que debemos aprovechar en los primeros pasos de esta ACB 13.14 . Y sobre todas las cosas creo que el dinero no importa cuando el corazón es grande y lleno de cosas buenas.
Para finalizar quiero cantar desesperadamente que me gustaría que todo esto se tradujera en terminar la ACB en puestos nobles si es posible o al menos evitar el descenso para que podamos seguir disfrutando de buen baloncesto durante muchos años. Si es posible hasta el infinito y más allá.
Baloncesto y algo más
Gonzalo de Guzmán