Para escribir este artículo voy a intentar quitarme la camiseta de aficionado del GBC y hacerme unas cuantas preguntas que a día de hoy no sé si tienen respuesta. Como dice el cantautor cubano Silvio Rodríguez en una de sus canciones-poesía: si alguien tiene información, yo pagaré.
Ya se ha cumplido más de un mes del ascenso deportivo del GBC a la ACB ganando la temporada regular de LEB Oro. Y subrayo lo de deportivo. A mediados del mes de junio llega el plazo para cumplimentar todos los requisitos que la ACB pide a todo equipo que quiera inscribirse en dicha competición. Es decir, quedan pocos más de 15 días.
Hace falta 3,5 millones de euros para poder hacer un proyecto viable en la ACB y con garantías de competir. El GBC debe cuadriplicar el presupuesto de este año que no ha llegado al millón de euros (850.000). Para llegar a la cifra de 3,5 millones, el GBC debe sortear varios aspectos peliagudos de su propia gestión. En primer lugar nominativo y en importancia está la deuda de 2,9 millones que tiene el club. Sorteando este tema, tenemos el fondo salarial que llega hasta 1,8 millones. El canon no se pidió a la ACB, por lo tanto ahí el GBC tendría un importante gasto menos.
Por si todo esto no fuera poco, la CNMV ha declarado ilegal el cobro del propio canon y del fondo de garantía salarial. Dicha sentencia ha sido recurrida por la ACB. El propio GBC ha dicho que a día de hoy, no sabe bien cuáles son los requisitos que pide la ACB para poder competir en la mejor liga doméstica del Europa. Siendo honestos, debo reconocer que yo tampoco.
En otro artículo que publicamos hace un par de años por lo menos, decíamos que el mayor enemigo del baloncesto era el propio baloncesto. Y esta situación no hace más que reafirmarme en esta opinión, muy personal, pero me reafirmo en ella.
No es normal que todos los veranos los equipos que se han ganado en la pista el derecho a competir en la ACB, tengan tantas trabas a la hora de ascender. Por el bien del baloncesto hay que llegar a una solución. Si la ACB quiere tener una liga más corta y competitiva, está en su derecho. Si quiere tener una competición solvente desde el punto económico, también es justo que tenga su criterio. Pero creo, y ahora sí que no tengo puesta la camiseta del GBC, por el bien de nuestro querido deporte, hay que llegar a un término medio entre la ACB y la FEB.
Por el bien de todas las competiciones, porque las aficiones de los equipos de las ligas LEB también tienen sus derechos, merecen el mismo respeto que cualquier otra afición del mundo, y sí, sí tienen su sueño de debutar un día en la ACB.