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SITO TAMBIÉN VISTE DE AZUL.

Quizá nuestra vida la construimos al igual que montamos un puzzle. Pieza por pieza. Una de alegría y otra de nostalgia. Tal vez sean jirones de piel, un conjunto de imágenes o es posible que sea como un cubo Rubik. Con seis caras al parecer iguales, pero en cada lado un montón de colores, por lo menos hasta que consigues terminarlo.

Alfonso “Sito” Alonso tiene la visión diferente de Alex de la Iglesia, lleva consigo el sabor del trabajo bien hecho al igual que Juan Antonio Biyona o Drew Barrimore. Se siente por él la idolatría que lleva por bandera José Tomás y es único como lo es Allen Iverson. Todos ellos cotemporáneos suyos.

Estas y muchas más son las pinceladas que forman el “collage” de la vida de Sito Alonso. Pero sin duda, el color predominante es el baloncesto. Un destino que quizá estaba escrito desde el mismo día en el que nació.

  

La escuela en casa.

Su niñez no fue diferente a la de otros niños de su edad y tiempo. Eran tiempo de Verano Azul, La Bola de Cristal y unos señores muy altos habían conseguido la medalla de plata en la Olimpiada de Los Ángeles 84.

“Yo me quedo con Lupin. Ese detective intrépido, difícil de atrapar. Colegio y deporte eran mis ocupaciones. Hacía judo y natación. Pero en mi casa el número 1 era el baloncesto. Mi padre fue entrenador profesional femenino en el Banco Zaragozano”.

Toda su vida, sobre todo la baloncestística, ha estado ligada a Zaragoza y a Huesca, en especial a Monzón. Por esto y por mucho más siempre se presenta como entrenador aragonés.

Con tan sólo 11 años se sacó el título de monitor de baloncesto y comenzó a entrenar en el equipo del Colegio Compañía de María del que su padre era Director Deportivo. Pasaba los días jugando al baloncesto con esa zurda imprevisible, leyendo cómics de Batman y viendo por la televisión, que por aquel ya era a color, a un joven loco yugoslavo llamado Drazen Petrovic.

 

El baloncesto por vocación.

Siempre compaginó la afición de jugar con la vocación de entrenar a baloncesto. Con 13 años comenzó a entrenar en el Helios Zaragoza, lo que podríamos decir que es el embrión del actual CAI Zaragoza y donde jugó en todas las categorías inferiores hasta los 16 años. Allí se enfundó por primera vez la camiseta de color rojo pasión, de amor a su deporte. Ese fue el primer color que se interpondría en su camino.

Llegó a ser coordinador de las categorías de base del Helios. Con 15 años se sacó el título de entrenador de 2º nivel y con 17 comenzó a estudiar para tener el carné nacional, aunque tuvo que esperar a la mayoría de edad para obtenerlo. “Cuando tuve 18 años, Joaquín Arnal, me propuso ir a jugar al C.B. Monzón. Me pareció interesante. También tenía la posibilidad de seguir entrenando y acepté. Me encanta Monzón, cada vez que puedo me escapo allí para dar una vuelta”.

 

 

Amarillo fue el segundo color que apareció en su vida ligada al baloncesto.

Como es lógico, Sito en ese momento no lo sabía, pero esa decisión perfilaría lo que iba a ser su vida como entrenador. Comenzó a entrenar a  varios equipos y llegó a coordinar las categorías de base del C.B. Monzón. Ese trabajo con la cantera marcó su evolución como entrenador. “Eran tiempos difíciles, entrenaba a las 7 de la mañana y luego iba a estudiar a Huesca todo el día. Ten en cuenta que en Monzón a esas horas hace mucho frío y si no tienes verdadera ilusión por algo no sales a la calle. Te lo aseguro. De todas maneras, las 7 de la mañana es una hora magnífica para entrenar. No hay ni un ruido en el pabellón que es todo para ti. Toda la concentración y rendimiento es máximo”.

Así estuvo 5 años hasta que llegó su primer equipo semi-profesional, el Cohesisa-Monzón de la liga EBA. Contaba tan sólo 23 primaveras. Aquí estuvo dos años como ayudante de entrenador y posteriormente cogió las riendas del equipo donde estuvo cinco años más. En su primer año logró la mejor clasificación en la historia del equipo. “Aprendí mucho. Sobre todo comprendí que no tenía que ser Alfonso, debía ser Sito. Hijo, no imites, crea y sé tú mismo”. Este fue el mejor consejo que le dio su padre, tanto para entrenar como para la vida misma.

 

Dos llamadas que cambiaron su vida.

Blanca es la nieve, blancas son las nubes. Blanco será el siguiente color que vestirá Sito Alonso; pero esta vez sólo de entrenador.

Corría el verano de 2.004. Pesic dejó de entrenar al Barcelona y entró en su lugar Joan Montes. Éste, pidió de 2º entrenador a Agustín Cuesta que por aquel entonces entrenaba al C.B. Prat de liga EBA y equipo vinculado al Joventut de Badalona. En ese momento sale a escena el nombre de Sito Alonso y desde el Prat se ponen en contacto con C.B. Monzón para interesarse por él. “Voy gracias al Presidente del C.B. Monzón, Guillermo Uguet. Le dije que sólo me iría por una oportunidad profesional mejor. El fin de semana jugué mi último partido con Cohesisa Monzón y el lunes conocí a mis nuevos jugadores en el Prat”.

En su única temporada en el C.B. Prat logró ser campeón de su grupo C y luchar por el ascenso. Ayudó a jugadores como Dimitry Flis y Panchi Barrera a debutar en la ACB. Con los dos lo consiguió. Flis coincidió con él en el Joventut y el uruguayo debutó años después en Unicaja para luego jugar unos meses en el Granada.

 

 

Un año en la vida de una persona es poco; pero a la vez puede significar mucho. Al igual que lo puede significar tan un sólo instante.

Suena el teléfono. Línea directa desde la Penya al C.B. Prat. Era Jordi Cairò que quería conocer su predisposición para ir a entrenar al Joventut como 2º entrenador. A los diez minutos vuelve a sonar el teléfono. Esta vez es Aito García Reneses. Quería que fuese su ayudante. El resto de la historia la conocemos y se cuenta en verdinegro.

“Cuando llegué al Joventut formé parte de un Club histórico, luego pude entrenar al primer equipo y dar mi toque al funcionamiento de la cantera y a la formación de nuevos jugadores”.

En la Penya coincidió con una larga lista de jugadores que se formaron en la inagotable cantera de Badalona. Allí ningún niño quiere ser estrella de nada, ni dedicarse a ninguna otra cosa que no sea pertenecer al Joventut.

Rudy, Pau Ribas, el ya mencionado Dimitry Flis, Ricky Rubio, Josep Franch, Pere Tomàs y Albert Homs son algunos de los chavales que en su día salieron de la cantera y pudo coincidir con ellos.

 

 

“También ayudé al maestro del baloncesto nacional y a conocerle mejor, con él conseguí resultados magníficos”.

   Dos Lligas le arrebataron al todopoderoso Barcelona, 3º y 4º en la ACB, y campeones de la FIBA Europe, de la Copa y de la ULEB Cup. Esto fue lo que conquistaron los tres años que estuvieron juntos. “Mi relación con Aito era sobre todo muy respetuosa y cordial. Él me pidió que no me callara ninguna cosa y así lo hice”.

Aito se marcha de la Penya a Málaga previo paso por la Olimpiada de Pekín 2.008 para lograr la medalla de plata.

Entonces llegó el día D y la hora H para Sito Alonso. La temporada 2008.09 se convierte en el entrenador más joven de la ACB con 32 años y coge las riendas del Joventut durante casi dos años. En este tiempo hubo una de cal y una de arena. Hagamos memoria.

En el primer año hubo un poco de todo. No pudieron acceder al Top 16 por caer en casa en el último partido frente al Alba Berlín, se clasificaron para la Copa aunque quedaron eliminados a las primeras de cambio por el Estudiantes y para finalizar quedaron 5º en la ACB con un balance de 22-10.

   “Mis planes han sido siempre los mismos desde que empecé a entrenar. Ser el mejor y eso requiere seguir mejorando. Lo mejor es sólo trabajar. El baloncesto lleva conmigo toda la vida, es una relación difícil porque te exige mucho. Pero a la vez te da tanto aprendizaje, tantas posibilidades …”.

Esa misma temporada Sito logró hacer coincidir en la pista al quinteto más joven de la historia de la ACB. Ricky, Ribas, Tomàs, Bogdanovic y Norel eran los protagonistas y quienes sustentaban la declaración de intenciones por parte de Sito Alonso de optar por el trabajo de cantera.

En verano de 2.009 se van Ricky Rubio y Pau Ribas a Barcelona y Baskonia respectivamente. Esto, unido a la casi total renovación de la plantilla del Joventut, hace que ya desde el inicio fuese una temporada complicada.

Aunque logran clasificarse para la Copa son eliminados en cuartos por el R. Madrid. También logran el pase para el Last 16 de la Eurocup, pero después de seis derrotas consecutivas en ACB y una dura derrota frente al Aris de Salónica  en tierras helenas por 84-54 el bueno de Sito es sustituido en el número 1 del banquillo verdinegro por Pepu Hernández.

 

La montaña rusa del monte Igeldo.

Llegamos al último color que vestirá Sito, el azul.

Era Julio de 2.011 cuando tenemos la noticia de que Sito Alonso iba a ser el cuarto entrenador en la corta historia del GBC y desde el primer momento dejó claro la determinación con la que venía a Donostia.

   “El objetivo de todos es seguir creciendo; yo como entrenador y el Gipuzkoa Basket como club. Quiero que la gente cuando vea jugar al GBC  sepa que están jugando ellos. Quiero que el equipo tenga una filosofía propia, un estilo propio, que sean dinámicos, agresivos y que jueguen con libertad propia”.

 

 

Aquí estaba el libro de instrucciones en el que Sito nos daba a conocer su filosofía del baloncesto y de la vida misma; aunque para él es casi lo mismo. Pero los inicios no fueron nada fáciles. Se comenzó con cuatro derrotas en tantos partidos, luego llegó un parcial de 2 victorias y tres derrotas. Íbamos con un balance 2-7 y después de la última derrota en Ilunbe contra el Alicante, al salir de los vestuarios les estábamos esperando para animarles y decirles que estábamos con ellos, cuando Sito nos hizo un comentario que todavía hoy retumba en nuestros oídos. “Estad tranquilos que vamos a ganar partidos y nos clasificaremos para la Copa”. Nos lo dijo tan convencido de ello que aunque nos costaba creerlo nos convenció. Así podemos demostrar que cumplió con su palabra. Vinieron seis victorias, cinco de ellas consecutivas, en siete partidos y pudimos estar en la Copa celebrada en Barcelona.

Disfrutamos de ese único partido de Copa, en el que tuvimos serias opciones de ganar.

Luego vino una segunda vuelta para enmarcar. Ganamos a grandes como Baskonia y Madrid. Competimos en todos los partidos. En todos. En los que ganamos y en las derrotas también. Terminamos la temporada con un balance 19-15. Pero faltaba la guinda del pastel, unos play-off increíbles contra el Valencia en el que perdimos 2-1 pero mereció la pena llegar hasta ahí. Además nos ganamos el derecho de vivir un sueño: competir en Europa. La Eurocup visitaría el Donostia Arena.

“Como bloque fuimos igual de superiores que cualquier equipo. Recuerdo la intención de jugar a más puntos que el Madrid, nunca quisimos perder esa valentía. Tenemos una afición sufridora, comprensiva, que es consciente de lo que nos está dando. Cuando terminó el último partido contra el Gran Canaria y salimos a la pista nos dio mucha fuerza el que nos estuvieran esperando. Fue una recompensa por lo que habíamos hecho antes”.

   Además de todos estos logros colectivos, Sito consiguió el Trofeo de la AEEB-Díaz Miguel al mejor entrenador de la temporada. Pero no fue el único premio individual. Andy “Handia” Panko logró el MVP de la competición y Sergi Vidal fue nombrado como mejor jugador nacional y ambos fueron incluidos en el mejor quinteto de la liga. Este GBC 11.12 ha sido sin duda el que más alegrías ha dado al aficionado guipuzcoano y por todo esto no lo olvidaremos jamás.

Si existe una atracción singular en Igeldo, esa es la montaña rusa. Ella en sí te ofrece una variedad de sensaciones. Subes tranquilo, bajas más rápido, vas por el aire libre, atraviesas oscuros túneles, vas por el interior y también al borde del precipicio. Un sube y baja vertiginoso.

Pues así calificaría yo el segundo año de Sito en el GBC. Aunque nada en absoluto, indicaba que algo de esto podría ocurrir, en realidad pasó. No fue fruto de nuestra imaginación. Aquel verano de 2.012 fue lo más convulso que hemos vivido en el GBC.

Se rumoreaba que el Baskonia se interesaba por Sito, luego la Diputación decide bajar la ayuda económica y sin esta inyección de dinero era impensable jugar la Eurocup. Nuestro presupuesto se ve reducido drásticamente y empieza el baile de idas y venidas de jugadores. Lesiones, incertidumbre y, porque no decirlo, alguna decepción, son los ingredientes de una pretemporada y un inicio de campeonato complicado.

Y pagamos las consecuencias. Hasta la sexta jornada no llegó la primera victoria, con 1-10 caímos a posiciones de descenso y no las dejamos hasta el final, con excepción de una sóla jornada. Y lo peor era que no éramos capaces de competir en los partidos.

   “Debo ser autocrítico y señalar los errores que yo mismo cometí como responsable deportivo, como por ejemplo no haber reaccionado a tiempo ante los cambios de objetivos que el club sufrió al iniciar la temporada, confiando en exceso en las posibilidades de algunos jugadores o no haber conseguido sacar mayor rendimiento de la plantilla. Pero como positivo está el aprendizaje de este experiencia, ya que el club siempre ha dado un paso más ante las adversidades y ha salido adelante en situaciones complicadas.

   Además debo destacar que el club ha tenido que tomar decisiones arriesgadas y no debemos fijarnos sólo en las que salen mal. También nos podemos fijar en todas las que han salido bien, tanto esa temporada como las anteriores, dígase Neto, Lorant, Betts, Papamakarios o Dani Díez, y debemos ser consecuentes con las posibilidades que tiene el club”.

Es cierto que de todas las experiencias se aprende, pero la temporada pasada fue muy dura. En Ilunbe tocaba sufrir. Como decía la canción, no eran buenos tiempos para la lírica. A nosotros nos gusta pasarlo bien y disfrutar. Nuestro corazón está hecho para reír.

Ahora nos toca vivir de nuevo una etapa tranquila. Sí es cierto que hemos cambiado más de la mitad de la plantilla respecto al año pasado, pero tan cierto es que lo hemos hecho a tiempo. En Julio estaba terminada y hemos podido comenzar la pretemporada con todos los jugadores en buen estado físico y anímico. Ni que decir tiene que este año, al haber sido el mejor arranque de los tres que lleva Sito en el GBC, esto ha ayudado y ayudará a que todo se calme de nuevo y el inicio de la temporada al menos se vea más despejado.

 

Sentimiento azul.

Hoy por la mañana lo primero que he pensado al levantarme ha sido lo que tengo que hacer en el trabajo. ¡Qué voy a hacerle! ¡Así soy! He desayunado un zumo de naranja y me he puesto algo de música, Lucas Maciano y Adele. Estoy leyendo Pasión India de Javier Moro y me he perdido por sus páginas como su protagonista por las calles de una pequeña ciudad del norte de la India.

Me asomo por el balcón y en mi retina sólo se refleja un intenso color azul. El mar en calma y el cielo limpio de nubes separados por una fina línea, casi inapreciable en el fondo del horizonte.

El azul transmite un sentimiento de tranquilidad y sosiego. Pero yo voy un poco más allá. Siento el color azul como si estuviera pegado a mi piel y no pudiera desprenderme de él aunque quisiera.

Miro atrás y no sé si todo lo que me ha pasado ha sido fruto de la casualidad o un cúmulo de circunstancias. Pero, de lo que estoy convencido es que ha merecido la pena.

 

Baloncesto y algo más.

Gonzalo de Guzmán.

 

 

 

 

  

 

 

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Baloncesto y algo más. En este nuestro rincón del baloncesto hablaremos de este deporte, pero desde otra visión diferente. El lado humano, las historias personales, curiosidades, … Todo esto y mucho más tiene cabida en nuestro blog 24 segundos. ¡Atrévete a entrar!


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