Querido y estimado Jaume.
En primer lugar me gustaría agradecerte toda la dedicación prestada hacia el Gipuzkoa Basket y tu ejemplo, por tu entrega y por encima de todo; gracias por esa inmensa honestidad tuya, en cada gesto y en cada aire que respiras.
Te debo reconocer que pertenezco a ese grupo que opina que sí tienes responsabilidad respecto a la actual situación del equipo, pero con matices.
Es lógico que así sea, porque has formado parte activa de la confección de este equipo y esa es tu responsabilidad, que no es lo mismo que culpa. Todas las personas tenemos derecho a equivocarnos en nuestro trabajo y en cada uno de los apartados que forman parte de nuestra vida. Pero debemos ser sinceros con nosotros mismos, o como decía un profesor mío: “No debemos hacer trampas cuando juguemos al solitario”. Que recaiga sólo sobre ti todo el peso de esta comprometida situación del GBC, no es del todo justo.
Tú, junto a más personas decidisteis confeccionar esta plantilla que estaba llamado al cambio. Es decir, es una responsabilidad compartida. Además, yo soy de los que intentan encontrar soluciones y no buscar culpables. A día de hoy, el déficit que tiene la plantilla del GBC es que necesita una referencia clara en ataque, de ocho partidos, en ninguno el GBC ha sido capaz de llegar a 70 puntos. Ese dato habla por sí solo.
Todavía recuerdo las palabras que nos dijiste a los pocos meses de fichar por el GBC: Este verano ha sido la segunda vez que he tenido una oferta del GBC. Hace tres veranos, cuando la marcha de Laso al Madrid, el GBC también se puso en contacto conmigo pero Manresa no quiso continuar con las negociaciones.
El año pasado fue muy duro para todos. Después de un inicio muy complicado y con un 0-5 en el casillero de victorias y derrotas, se pudo reconducir la situación. En la jornada 9 se tenían 2 victorias y se salía del descenso; y a mitad de temporada el GBC tenía un balance de 6-11 y se vivía tranquilo en la posición 13ª.
Tus consejos y fe en el equipo no dejaron por un momento de indicar el camino a seguir: Sabíamos que el calendario era muy difícil al principio de la competición, pero si éramos pacientes, los resultados llegarían y el propio calendario nos daría una nueva oportunidad. Invertimos en el inicio de la temporada y luego llegaron los resultados. Nos dimos cuenta que teníamos que gestionar mejor el ritmo del partido. Debíamos construir a partir de eso.
La historia siempre está formada de pequeñas historias.
La temporada pasada se consumó el descenso deportivo, que luego no se llegó a hacer efectivo porque ningún equipo de LEB ascendió a la ACB. Esa fue nuestra gran historia del curso pasado. Pero está forjada con pequeñas historias del día a día, las cuales, unas ven la luz y otras no.
Una de estas pequeñas historias fue la huida de Taquan Dean. El máximo anotador del equipo, decide abandonar el barco para irse a una liga menor, pero donde recibirá un sueldo, y este será de mayor cantidad al que percibía en el GBC.
Sí es cierto que desde esa jornada hasta el final, el GBC sólo fue capaz de ganar un partido de ocho, motivo por el cual terminó la liga en la posición 17ª.
Este año también han ocurrido un cúmulo de circunstancias que han llevado al GBC a ser colista de la ACB, sin conocer todavía la victoria en las ocho jornadas disputadas. Como conocemos toda la afición, mientras estabas en la preparación del Eurobasket de Francia, donde quedaste campeón de Europa, se fue confeccionando la plantilla, de la que tú fuiste partícipe. Llegaste a mitad de la pretemporada y sí es verdad que el equipo no ha sido capaz de competir a lo lardo de ningún partido completo. Has sido víctima del 0-8 de esta temporada y no menos cierto es que en los últimos 18 partidos ACB disputados por el GBC sólo se ha ganado uno, al Tenerife en Illunbe el 3 de mayo por 77-76.
Pero no es menos cierto que Goliat casi siempre gana a David, que el pez grande se come al chico y que es difícil ganar una guerra con piedras y con un tirachinas.
Me da pena, incluso iría más allá, lamento que esta etapa se haya terminado de esta manera. Sé por ti mismo, lo contentos que habéis estado toda la familia en Donostia: Es una ciudad que a todos nos gusta. Mi mujer sabe lo que es cambiar de ciudad y lo que supone este estilo de vida; también es entrenadora nacional. Los días que podemos, toda la familia damos una vuelta en bicicleta por la ciudad, vemos alguna película o paramos a comer un pincho. En Cataluña el nivel de la alta cocina es muy alto, pero aquí el nivel de la cocina en general es muy alto. Aunque todavía no he visto en ningún sitio bacalao al targarí, mi pincho favorito.
Para ir finalizando quiero desearte, a ti y a toda tu familia, lo mejor. No sé si os volveréis a Cataluña o no, no sé si nuestros hijos volverán a entrenar juntos, si te tomarás unos meses sabáticos antes de ir a la Olimpiada para intentar ser campeón otra vez. Pero lo que sí sé, de lo que estoy convencido, es que este apasionante deporte que es el baloncesto te dará más oportunidades de demostrar lo que vales.
Eskerrik asko Jaume!
Guzmán Villardón.
Baloncesto y algo más.
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