Seguramente que este nombre no os diga nada. Y lo entiendo. A mí en su día me ocurrió lo mismo.
Sarah Darling, una joven de Kansas, Missouri, se fue de compras una fría mañana de mediados de Febrero por los centros comerciales de la ciudad. Es una mujer moderna, tiene un trabajo estable en una multinacional de las finanzas, con novio y residente en uno de los mejores barrios de la zona. Hasta aquí todo normal.Pero esa noche iba a ocurrir algo que le sacaría del anonimato, o mejor dicho, cambiaría radicalmente la vida de nuestro protagonista.
-Cariño, he perdido el anillo de compromiso. Al llegar a casa me he dado cuenta que no lo tenía.
Su novio le quitó hierro al asunto intentando tranquilizarla y le dijo que ya lo encontrarían.
Por supuesto que el anillo tenía valor sentimental, era el anillo de compromiso de la boda que celebrarían el próximo año; pero es que estaba valorado en 150.000 $.
Al día siguiente estuvieron buscando por todos los rincones de la ciudad y preguntando en cada tienda pero sin resultado ninguno. Cuando ya habían perdido las esperanzas de encontrar el anillo, Sarah vio a Billy Ray Harris, un sin techo de la zona que vive de la mendicidad y a quien el día antarior ella le había dado unas monedas. Antes de que Sarah y su novio le preguntaran nada Billy Ray se dirigió a ellos.
-Os estaba esperando. Este anillo es tuyo.
-¡Tú lo tienes!
-Sí. Lo ví en mi vaso cuando recogí un puñado de monedas y supuse que era tuyo.
-¡Muchas gracias! No sé cómo te lo podré pagar – le dijo una emocionada Sarah Darling.
-No me debes nada. El anillo es tuyo, lo perdiste y yo lo encontré.
Nuestro amigo Billy Ray Harris se había quedado huérfano cuando tenía cinco años, entonces su abuelo, que era cura, se ocupó de su educación. De él aprendió, además de conocimientos, sobre todo valores. Luego la vida le llevó a la calle, sin dinero pero con un rico corazón.
Sarah no sabía cómo devolver el favor al bueno de Harris. Billy Ray ya tenía experiencia en esto de dar a cada uno lo que es suyo. Hace años, a un jugador de fútbol americano que estaba de vacaciones por la zona, también le devolvió una joya que había perdido y éste le invitó al hotel en el que estaba alojado a vivir tres días a cuerpo de rey. Pero esta vez se negó en rotundo a recibir nada. Ni dinero, ni favores. Nada. En agradecimiento, a Sarah se le ocurrió abrirle a Harris una cuenta en Give Forward con el link ” Billy Ray es un gran hombre que necesita ayuda “. Aquí contarían su historia y pedirían fondos para ayudar a Harris a salir de la mendicidad. De esta manera le devolverían el favor. Y así lo hicieron. En unas horas habían recaudado más de 9.000$ y hoy ya están rondando los 200.000.
Casi dos meses han pasado de esta historia en un lugar lejano pero que cambió para siempre la vida no sólo de Harris. La de Sarah, la de su novio, …
Esperemos que la vida de nuestro querido GBC esté incluida en esas que van a cambiar. Pero que lo haga en manera de resultados. En cuanto a la honestidad espero que no cambie. Nos debemos a nosotros mismos, a nuestro juego alegre y dinámico. Cada uno, incluida la afición, tenemos que mirar dentro de nosotros y aportar todo aquello que tengamos dentro. Así, como le ocurrió al bueno de Billy Ray Harris, todo lo que hagamos por el GBC nos lo devolverá con creces y viceversa.
Gonzalo de Guzmán