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Juan Carlos Hernández

Al aire libre

WYNDHAM HALSWELLE, BANDERAS, SOLEDAD Y SANGRE


 

Eran tiempos de honor y patria, de lucha y banderas. El movimiento olímpico crecía, la primera de las Grandes Guerras se aproximaba.

 

En los Juegos Olímpicos de 1908, en Londres, hubo al menos dos momentos en los que se escenificó el calado político que ya en aquella época lubricaba los engranajes del deporte. Durante el desfile de los deportistas en la ceremonia de apertura, los abanderados inclinaban su enseña al pasar bajo el palco del rey Eduardo VII. El campeón olímpico de lanzamiento de peso, Ralph Rose, portador de la bandera estadounidense, negó la reverencia. En palabras del discóbolo Martin Sheridan, también campeón olímpico, “esta bandera no se inclina ante ningún rey terrenal”. Tras el desaguisado, la bandera de los Estados Unidos no ondeó en el estadio.

 

En las pistas, el conflicto llegó en la prueba de los 400 metros lisos, en la que el vencedor, el británico Wyndham Halswelle corrió la final él solo, sin rivales, en la carrera más absurda –imagino- del Olimpismo. He aquí una semblanza de Halswelle y de aquellos hechos de 1908.

 

Wyndham Halswelle nació en Londres el 30 de mayo de 1882. Hijo de un artista londinense educado en Edimburgo y de Helen Marianna Elisabeth Gordon. Pronto se identificó con la nacionalidad escocesa de su abuelo materno, el general Nathaniel J. Gordon. Desde joven tuvo una destacada trayectoria atlética en la Escuela Chaterhouse y el RC Sandhurts, antes de ingresar en la Infantería Ligera Highland. La capacidad de Halswelle fue reconocida mientras su regimiento estaba en Sudáfrica participando en la Segunda Guerra de los Bóers, pero no se tomó en serio el Atletismo hasta su regreso a Gran Bretaña en 1904.

 

En 1905 ganó el título escocés y el de la Asociación de Atletismo Amateur de Inglaterra en la distancia de las 440 yardas, y un año más tarde consiguió la plata en los 400 metros y el bronce en los 800 en los Juegos no oficiales de Atenas’1906. A su regreso a Escocia venció en los campeonatos nacionales en las carreras de 100, 220, 440 y 880 yardas, todo ello durante una sola tarde. En 1907 su temporada se truncó pronto por una lesión en una pierna, pero regresó al año siguiente y logró un récord mundial en las 300 yardas con 31”2.

 

Y llegamos a 1908 y los Juegos Olímpicos de Londres.

 

Wyndham Halswelle alcanzó la final de los 400 metros con el mejor tiempo de las series, 48”4, récord olímpico (foto de cabecera). La final la disputaba Halswelle contra tres corredores norteamericanos, William Robbins, John C. Carpenter y John Taylor. En 1908 los 400 metros aún no se disputaban por calles y la salida tampoco era escalonada, lo que propiciaba los encontronazos. En la final, Robbins iba en cabeza al llegar a la última recta, seguido de Carpenter, Halswelle y Taylor. Carpenter y Halswelle tuvieron un severo encontronazo en el intento de adelantar a Robbins, y el árbitro Roscoe Badger salió a la pista al grito de “¡falta!”. En la recta, Carpenter fue corriendo en diagonal obstaculizando a su rival y llegó el primero a la meta, con Halswelle y Robbins en segunda y tercera posición respectivamente. El ganador fue acusado por los jueces de haber empujado a Halswelle; Carpenter fue descalificado y la carrera fue anulada.

 

Foto de la salida:

 


 

Foto de la llegada:

 


 

Foto del lío que se montó:

 


 

Parece ser que las reglas que se aplicaban en los Estados Unidos en este tipo de contactos no eran tan estrictas como las que se utilizaban en los Juegos, y se ordenó la repetición de la carrera por calles y sin Carpenter, algo a lo que se negaron sus compatriotas. El mismo Halswelle quiso negarse pero se vio forzado por su Federación. Dos días después, el 25 de julio de 1908, Halswelle corrió completamente solo la final para ganar el oro olímpico con una marca de 50 segundos justos. Aquí vemos una toma frontal en la que se ve su victoria pero se aprecian mejor los vacíos:

 


 

La única consecuencia positiva de este conflicto fue que a partir de los siguientes Juegos, los de Estocolmo en 1912, la prueba de los 400 metros pasó a disputarse por calles, y se fundó la Federación Internacional de Atletismo Amateur para unificar las reglas con las que juzgar las diferentes competiciones.

 

Wyndham Halswelle hizo aparición de despedida en los Glasgow Rangers Sports de 1908 y nunca más volvió a correr. El 31 de marzo de 1915 el capitán Wyndham Halswelle murió alcanzado por la bala de un francotirador en la  Batalla de Neuve Chapelle durante la I Guerra Mundial.

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