“Junta las letras adecuadas y haz un día mejor” reza una de mis canciones favoritas. Me he resistido durante varias horas a escribir algo sobre la victoria de Usain Bolt en los 100 metros del Mundial de Pekín, pero aquí estoy, juntando letras en homenaje a un atleta que ha hecho que hoy me sienta realmente bien, que ha conseguido que mi día fuera emocionalmente brillante.
Antes de hablar de Bolt quiero dedicar unas líneas a Miguel Ángel López, el marchador español que la pasada madrugada ganó los 20 kilómetros marcha. Yo fui uno de los que trasnocharon delante del televisor y el ordenador para no perder ripio. Para un amante declarado de la velocidad y los saltos como yo es difícil explicar la emoción y belleza que atesoran las pruebas largas del Atletismo. Hay que estar ahí y zambullirse en el sacrificio, en la resistencia mental y física. Desde este humilde blog GRACIAS y ENHORABUENA, volveré a trasnochar cuando haga falta, ojalá más gente supiera apreciar vuestro esfuerzo.
Volviendo a Bolt, qué decir. He leído varios artículos brillantes, como el de Carlos Arribas en El País o el de Fernando Miñana en El Diario Vasco, que no estoy capacitado para emular. Pero esto no es un artículo, es un blog, así que intentaré explicar con mi propia música lo que ha hecho hoy Usain Bolt.
En mi último post me posicioné a favor de Gatlin con la esperanza de que Bolt corrigiera algunos detalles en los primeros apoyos de la carrera, corrección que le permitiría, al menos, estar en condiciones de ganar al “atleta” de las dos sanciones por dóping en su historial.
Desde aquella carrera de Londres a la que se refería el post Bolt no ha vuelto a competir hasta el Mundial, algo arriesgado en mi opinión por la falta de chispa competitiva. En la ronda de ayer volvió a tener algunos problemas con los primeros apoyos pero cuando se puso a correr de verdad ya se apreció que Bolt venía muy rápido. La semifinal de esta tarde ha sido un terremoto. Bolt casi se cae en los primeros apoyos en un error de principiante, nunca el desastre estuvo tan cerca. Solo un Bolt fenomenal ha podido ser capaz de recuperar la zancada e imponerse, incluso, a los demás corredores. Inusuales caras serias en el rostro de Bolt y susto gordo. No era para menos.
Minutos después, en su semifinal, Justin Gatlin seguía quemando pólvora con un 9”77 capaz de asustar a cualquiera. A cualquiera que no se llame Usain Bolt.
Quedaba más claro que nunca que en los primeros apoyos de Bolt estaría una de las principales claves de la Final. Y la final ha sido… APOTEÓSICA. Es la grandeza de un gran campeonato, cuando los registros pasan a un segundo plano y cruzar la meta el primero es lo único que cuenta. Y ahí es donde Usain Bolt lleva ya siete años demostrando ser EL MEJOR. Al hilo de lo que decía antes sobre los marchadores, Usain Bolt ha vuelto a demostrar que es el mejor física y mentalmente.
Porque la carrera de hoy se ha ganado y se ha perdido en la pista y fuera de la pista, la confianza de Bolt en sí mismo es ya un monumento al Atletismo. Cuando a falta de quince metros el mundo contenía la respiración, Bolt ha mantenido su fe en sí mismo y el robot Gatlin ha dudado, ha intentado correr más rápido que su sombra y ha perdido la carrera. O la ha ganado Bolt, ya me entendéis.
Porque hablando de la carrera pura y dura, hay que decir que Bolt ha hecho bien lo que tenía que hacer bien, es decir, ha conseguido ejecutar bien los primeros apoyos. Aunque tampoco ha sido un arranque para tirar cohetes ha hecho justo lo que necesitaba para alcanzar su velocidad punta. Mientras, Gatlin, también hacía su trabajo, supongo que sorprendido de ver a Bolt a su altura desde el principio. Hasta llegar, como decía antes, a ese metro 85 aproximadamente, donde sus respectivas cabezas han empezado a trabajar de distinta manera: Bolt corriendo exclusivamente para ganar la carrera y Gatlin improvisando recursos a más de 40 kms/hora para no perderla.
Las marcas, 9”79 vs. 9”80, no han estado entre los 9”70 y 9”75 que pronostiqué, aunque el viento ha sido de -0.5, o sea que no me equivoqué demasiado. Tendría que revisarlo pero de memoria no recuerdo ninguna final gorda de 100 metros con una sola centésima entre el primero y el segundo. En definitiva, una final espectacular, emocionante como pocas.
Luego Bolt ha iniciado su celebración particular, incluido el momentazo “Red blood, no more” (o eso parece decir), y a Justin Gatlin se le ha quedado más cara de loser (perdedor) que nunca.
Que no se me olvide, otro de los detalles a destacar de esta final de los 100 metros creo que ha sido el tercer puesto compartido por los jovencísimos Trayvon Bromell y Andre De Grasse. Ellos son el futuro, espero que sepan escoger su camino para llegar a la cima. También me entendéis.
Para ir terminando, Usain Bolt agranda su leyenda, como él mismo se encarga de recordar siempre que puede, y ahora quedamos a la espera de la revancha en el 200 (la final es el jueves a las 14h 55). Por las redes sociales yo llevaba días apostando por Bolt en el 100 y por Gatlin en el 200, ya ves tú. Yo no quiero que gane Gatlin pero ahí lo dejo, por escrito, unos días antes.
Mientras tanto sigue el Mundial, toca trasnochar y hacer encaje de bolillos con los horarios del trabajo. U.S.A.I.N. B.O.L.T., qué grande eres, tus zancadas son como la música en mis oídos. Hazme perder la porra del 200 y sigue haciendo mejores los días de tantísima gente. Ya nos encargaremos de juntar las letras adecuadas.