Es este un verano aciago; cuando llueve, porque llueve y cuando no llueve porque no llueve. Unos hacen rogativas sacando en andas vírgenes y santos y otros no tienen ningún dios al que rezar cuando llegan los monzones y se lo llevan todo por delante.
Lo vemos en televisión y nos incomoda justo durante dos o tres bocados –si estamos cenando- o da para unos cuantos comentarios estremecidos. Pero está lejos, es una desgracia lejana y ajena, es una realidad lamentable y poco más. ¿Poco más? No, mucho, muchísimo más.
Pakistán. Región de Baltistán. Valle de Hushé. Ni sabía que existía esa zona hasta que alguien, mi propia hija, decidió formar parte de una ONG que se deja las uñas por ayudar a esa zona deprimida. Una pequeña Organización No Gubernamental que partió de la idea de un grupo de conocidos montañeros vascos, que conocieron las montañas que escalaban y a los hombres y mujeres que las habitaban. Era una empresa generosa y con visos de ser muy satisfactoria. ¿Cómo no serlo ayudar, compartir, repartir con otros lo que nos sobra? Y no hablo únicamente de dinero, sino de tiempo, de entrega, de cariño, de tesón y de trabajo, mucho trabajo.
La última vez que estuvieron se adivinaba una buena cosecha; los próceres de la región estaban dispuestos a seguir apoyando una colaboración estrecha entre los componentes de la ONG y las autoridades locales. Eran años de trabajo y de ilusión. No por ayudar únicamente sino por justicia, por derechos humanos.
Pero ahora todo se ha ido ladera abajo, arrastrado por las lluvias y el lodo. Me lo cuenta en persona quien forma parte de la Fundación; me dice que es terrible, que ya no existen viviendas que pisó, personas con las que habló, niños con los que se sacó fotografías sonrientes (y que yo ví). Ahora todo es poco y, sin embargo, se magnifica el trabajo, la ayuda, la presencia y los brazos fuertes para ayudar a quienes se han quedado sin casa, sin familia, sin cosecha, sin esperanza.
Están volviendo al lugar de la catástrofe con la fuerza de la solidaridad; no a divertirse, ni a hacer deporte, sino a prestar sus brazos, su cariño, su fuerza, su humanidad. Mi pequeño homenaje desde aquí a esta gente –y mi donativo por otro lado, obviamente.-
En fin.
http://www.felix-baltistan.org/
LaAlquimista
Foto: “Joven padre cargando comida para su familia” . Guillermo Maceiras
La ONG vasca Felix Baltistan Fundazioa colabora insitu en la ayuda de emergencia en el norte de Pakistan
• Una avalancha en el pueblo de Talis ha provocado la muerte de 15 personas y 400 afectadas
• La Fundación está recaudando fondos para la ayuda de emergencia, centrada de momento en el abastecimiento de alimentos
• La ayuda de emergencia resulta vital para los habitantes de esta zona aislada y remota
Bilbao, 12 de agosto de 2010. La región del norte de Pakistan, Gilgit Baltistan, informalmente conocida como el Kashmir pakistaní, ha sido una de las más afectadas por las fuertes lluvias de los últimos días.
Las lluvias monzónicas han provocado la crecida de los ríos, inundaciones y numerosos desprendimientos que se han cobrado la vida de al menos cincuenta muertos en toda la región. Pero la mayor catástrofe está por venir. El agua se ha llevado por delante casas, puentes, carreteras y las cosechas, la mayor y casi única fuente de supervivencia de los habitantes de la zona.
Felix Baltistán Fundazioa (FBF) trabaja desde hace casi diez años en el Valle de Hushé en Baltistan, donde el pasado siete de agosto una gran avalancha provocada por las lluvias arrasó literalmente gran parte del pueblo de Talis, un pueblo a sólo 2 km de la sede de FBF en Baltistan.
Desde el primer momento, los habitantes del valle y pueblos vecinos se han volcado en la ayuda a los habitantes de Talis, y junto con FBF y otras ONG locales e internacionales, han asistido a las víctimas y damnificados proporcionándoles las primeras ayudas básicas como agua, alimentos y tiendas de campaña. Sin embargo las tareas de ayuda están siendo muy complicadas debido a la falta de combustible que dificulta el acceso a estas remotas zonas.
El Valle de Hushé, a unos 3.000 metros de altura, se encuentra en una zona de muy difícil acceso incluso en condiciones normales, sólo se puede acceder mediante una pista de tierra y piedra que serpentea por las laderas de las montañas.
El balance oficial de víctimas en Talis hasta el momento son quince personas muertas y más de cuatrocientas personas afectadas de las que casi trecientas se han quedado sin casa. 24 casas familiares totalmente barridas por las aguas y 35 casas parcialmente dañadas, de las cuales 14 no son aptas para vivir.
Las primeras acciones de emergencia que se han llevado a cabo son el levantamiento de un campamento provisional al norte de la población, para intentar acoger a 16 familias y el montaje de un par de tiendas de campaña en algunas zonas de cosechas.
Asimismo se está trabajando en despejar el río, intentando quitar la mayor cantidad de rocas posible para estabilizar el cauce de nuevo y se han construido 2 puentes temporales bastante inestables que son sólo aptos para el paso de personas.
La Fundación Felix Baltistán tiene actualmente dos personas desplazadas en la zona trabajando en otros proyectos de cooperación que tras la tragedia se han puesto a colaborar con la población y otras organizaciones en la coordinación en las arduas tareas de ayuda. Ortzi Akizu, natural de Ezkio- Itsaso en Gipuzkoa, y cooperante de FBF en el área de agricultura, se encuentra en la zona desde la que mantiene actualizada la web www.felix-baltistan.org con sus impresiones personales sobre la tragedia de la que está siendo testigo.
La Fundación está recaudando de manera urgente fondos para apoyar estas tareas de emergencia. Hasta el momento, con lo recaudado entre la población vasca, la ayuda básica se ha realizado a través de la disposición de alimentos primarios a las familias afectadas. FBF ha colaborado hasta el día de hoy con, 1040 kg de harina, 1040 kg de arroz, una balanza, bolsas de plástico, sacos y plásticos. Esta ayuda se seguirá proporcionando en las próximas semanas gracias al apoyo económico de las personas que quieran colaborar.
La ayuda aportada está siendo de vital importancia, ya que al tratarse de una zona en el norte, montañosa, alejada y de muy difícil acceso, la ayuda internacional mayoritaria no se está dirigiendo a este lugar. Incluso la ONU y el propio gobierno pakistaní reconocen la dificultad para llegar a zonas aisladas y rurales como esta.
Para realizar donaciones FBF tiene abiertas las siguientes cuentas bancarias:
BKK 2095 0038 51 9103522251
Kutxa 2101 0038 51 0011074747
Laboral 3035 0044 85 0440018830
Sobre FBF y Baltistan
La región de Baltistan se encuentra al noreste de Pakistán, en el llamado Kashmir pakistaní, haciendo frontera por el norte con China y por el este con India. Se trata de una zona que está sumida en un conflicto latente internacional entre India y Pakistán, quienes se disputan la zona desde la independencia de la India en 1947. Aunque no haya un conflicto armado como tal, es una zona muy militarizada. Por este motivo y por su aislada situación geográfica, es una zona donde los recursos del Estado Pakistaní no llegan o llegan con cuentagotas. En todo el Valle no existe ninguna oficina de representación gubernamental, la más cercana está a una hora en coche en la capital del distrito, por lo que la gestión del día a día de las comunidades se lleva a cabo de forma tradicional, mediante un consejo de sabios o comité de notables.
Hoy en día Felix Baltistan Fundazioa lleva ya recorridos casi diez años en cooperación al desarrollo, trabajando por la promoción del desarrollo integral y endógeno de las personas del Valle de Hushé. Integral, porque los proyectos abarcan todas las áreas que requieren de apoyo, como agricultura, educación, salud, equidad de género e incluso ecoturismo. Y endógeno, porque buscan potenciar las capacidades de los habitantes locales de manera que sean ellos mismos los que tomen las riendas de la dirección del desarrollo que quieren obtener.
La Fundación mantiene actualizada su página web para futuras informaciones: www.felix-baltistan.org