Los seres humanos solemos escudarnos detrás de diferentes idiomas para eludir la necesidad de comunicarnos unos con otros. Si no hablo inglés, mejor, total, para lo que tengo en común con los de la pérfida albión… y francés, pues lo mismo, que aprendan los gabachos castellano, oye. Y si no, pues por gestos, que en eso todos nos aclaramos: quiero comer, quiero beber, dame dinero, vete a hacer puñetas (cuatro gestos básicos e internacionales más que suficientes).

El problema aparece cuando no nos entendemos entre los que hablamos el mismo idioma. Y no es cuestión de acentos, no; ni tan siquiera de peculiaridades autonómicas sino de la costumbre arraigada que acarreamos desde tiempo inmemorial de presuponer lo que el otro va a decir antes casi de que empiece a decirlo. O de no atender a lo que nos dicen porque estamos esperando escuchar otra cosa.

Se da mucho entre las parejas que creen conocerse el uno al otro; bastante menos en las familias y casi nada entre los amigos. Y en el ámbito comercial, profesional y laboral la incidencia es casi nula (lo bien escrito bien se lee). Es en las relaciones interpersonales llamadas “afectivas” donde el “malentendido” encuentra el mejor caldo de cultivo.

Son mentiras que parecen verdades y verdades que suenan a falso, intenciones ocultas o deseos manifiestos que mueren en el momento mismo de nacer porque YA SABEMOS de antemano lo que la otra persona ha hecho, ha pensado, va a decir, va a callar, quiere conseguir o pretende evitar. Como si tuviéramos una bola de cristal para poder leer intenciones y pensamientos ajenos, se nos dispara la mente –y la boca- y generamos el malentendido sin el menor escrúpulo.

– ¿Tienes ganas de hacer el amor esta noche?
– ¡Eso no se pregunta! ¡Si tuvieras TÚ ganas no lo preguntarías!
– No, si lo digo porque como no te ha apetecido en toda la semana…
– Claro, y ahora me pasas la pelota a mí y yo tengo que asumir la responsabilidad…
– Que no, hombre, que no, era sólo por ver qué contestabas…

¿A que todos hemos pensado que era un HOMBRE el que hacía la primera pregunta…?

Pues eso. Así nos luce el pelo a todos…

En fin.

P.D.- Voy a estar ausente un par de días haciendo un cursillo intensivo de… bueno, ya os lo contaré el miércoles. Guardadme el sitio hasta entonces, please. Sed felices que yo también ando intentándolo.

LaAlquimista