Raras veces releo mis escritos; escribo a impulsos, según
siento en el momento, casi de manera visceral, no soy nada organizada para el
asunto ni tengo un “fondo de armario” de posts para ir colocando
estratégicamente (siempre he sido cigarra, no hormiga) y como considero que lo
escrito “se autodestruye automáticamente” en veinticuatro horas, pues no le doy
más importancia al asunto y sanseacabó.
Pero hoy estaba en blanco, lo juro, me he despertado hace ya
una hora larga y –a falta de otro menester- he echado un vistacillo al pequeño
stock virtual de palabras que voy amontonando para que luego se las lleve el
viento y me ha llamado la atención lo “seria” que me pongo en general y lo poco
divertida que soy en particular.
Ah, -me digo- esto no puede seguir así, faltaría más, ¿qué
me pasa que parece que llevo una cruz a cuestas cuando me considero una mujer
alegre –siempre que no se me salte el esmalte de las uñas?. Así que he puesto
el título y héme aquí intentando juntar palabras livianas, sandungueras, sin
peso específico; o sea, “light”.
¡Qué torpeza de vocablo y qué mal aplicado está! “Light”
significa “luz” y también significa “ligero” (de la lengua de Shakespeare
hablamos, claro está); dos acepciones para la misma palabra, entrelazadas por
la aparente liviandad del espectro de luz que se extiende a cualquier otro
concepto con poco peso, con poca enjundia.
Yo no creo en lo light que nos comemos o en lo light que nos
fumamos, son trucos para vender un producto más caro con la cantidad mínima de
veneno permitida por la ley. Pero sí creo en lo que veo o veo aquello en lo que
creo –que diría aquél- y observo que las personas también nos estamos volviendo
“light” (los adjetivos no tienen plural en inglés).
Mi abuela utilizaba mucho el adjetivo “sinsustancia”. Ese
novio que tienes es un “sinsustancia”, -me decía y no se equivocaba- o esta
sopa me ha salido “con poca salsoya” –que supongo que es una derivación
euskérika de la cosa que no es ni fú ni fá, ni chicha ni limoná, como queremos
ser todos ahora, como la mayonesa light (apenas sin aceite ni huevo), el
chocolate light (apenas sin cacao), la cerveza light (apenas sin alcohol) el
tabaco light (apenas sin nicotina), el sexo light (apenas sin ganas) y nuestra
vida acaba siendo también light (apenas sin vida).
Supongo que me he vuelto a liar, desde la primera frase
hasta la última he querido expresar una idea light (apenas sin idea), así que
abro la ventana (del ordenador) y que se lleve estas palabras ligeras,
livianas, volanderas, el viento de la mañana…
En fin.
LaAlquimista
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