"Carnet de voyage" Popocatépetl, la montaña que humea. | A partir de los 50 >

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Cecilia Casado

A partir de los 50

“Carnet de voyage” Popocatépetl, la montaña que humea.

 

 Si el mar me hace enmudecer, la montaña consigue dejarme sin aliento. La naturaleza, cuando se ofrece, expuesta y abierta, perfecta, no requiere de palabras como música de fondo. Es más bien el silencio de la inmensidad el único coro de adorno que precisa tanta belleza.

 

A los pies del Popocatépetl los visitantes asombrados reciben el regalo que los dioses les ofrecen. Como ellos, yo también me sumo al rito silencioso. Llegamos hasta un refugio situado enfrente que nos sitúa a 4.000 mts. de altitud –sobre los 5.426 mts. del volcán- desde donde las vistas se engrandecen sobre el “paso de Cortés” situado a 3.600mts. Histórico paraje por donde el invasor avanzó con sus tropas (ridículas tropas, pero eficaces) para avanzar hasta la ciudad de Tenoctitlán (Mexico) y doblegarla totalmente. Enfrente, el volcán Iztaccíhuatl, “la mujer dormida” custodia con sus 5.286 mts. uno de los lados del “paso” histórico.

 La enorme fumarola que surge del cono ardiente del volcán conserva el halo mágico de las estampas bucólicas de paisaje de postal. No obstante, es un volcán en activo, cuyas llamadas de atención no dejan de hacerse patentes cada pocos meses. Sin embargo, forma parte de la iconografía del país, “la Guadalupana” les protege y en ello creen fervientemente.

 

Subiendo del pueble vecino de Amecameca, extensos bosques de pináceas conforman un paisaje reconocible; cerrando los ojos unos instantes creí estar en mi propia tierra, con los mismos olores y la misma brisa olorosa de fondo. El mundo es tan igual y tan distinto a la vez…

 

Nos detenemos en uno de tantos puestecitos que flanquean el camino. Una furgoneta, dos bancos, seis sillas y un hornillo de leña, ofrecen al viajero un descanso con sus café de olla (con canela, riquísimo) y unas quesadillas de maíz azul con hongos o queso. Ellos son amigos de otro viaje y comparten historias y fotografías para el recuerdo. Allí, perdidos y casi olvidados del mundo respiran las mismas mujeres y hombres que luchan en este otro lado por pagar una hipoteca o los plazos del BMW, con la placidez confiada de quien sabe que, por mucho que se le empuje, el mundo tiene su propio ritmo y es de ignorantes pretender cambiarlo. Entre sonrisas y abrazos nos despedimos. “Hasta la próxima”, dicen y sus ojos corroboran su sentir.

 

 Regresamos a la metrópoli cansados, pero contentos. En silencio. Cada uno con sus pensamientos dulces…

 En fin.

 LaAlquimista

 Por si alguien desea contactar:

Laalquimista99@hotmail.com

 Fotos. A.Arruti

 

 

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Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


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