Yo es que flipo en colores, vamos, que cada mañana leo la prensa –y varios blogs de los que aprendo un montón- y cada vez tengo que escarbar en la “blogosfera” para separar los de moda de los que a mí me interesan. Es decir, ganan por goleada aplastante, los dedicados a estilismos, fashion weeks, lo que llevan las top models, lo que llevan las models a secas, lo que se ponen las de la tele y, para remate, los “looks” de unas niñatas que no son famosas por nada que valga la pena reseñar en un currículum.

 ¿Qué pasa con el rollo este de la moda? ¿Es acaso el contrapunto del fútbol o los deportes masculinos? Y que conste que no tengo absolutamente nada en contra de la industria de la moda, es curioso y divertido (siempre lo ha sido) ver cómo se maneja al personal con “lo que se va a llevar esta temporada” que es exactamente lo mismo que se llevó hace cuatro o cinco pero con precios actualizados… Aunque pensándolo bien, igual es que tengo envidieja de que cada día estos blogs “de trapos” tengan miles de visitas, mientras que el mío –tan sencillito él hablando de mi“filosofía en zapatillas”- se quede en la periferia del interés general.

 Y, como no podía ser de otra manera, me pongo a reflexionar en plan de echar un poco de humo por las meninges a ver si consigo dilucidar qué es lo que está pasando en este país que tanto interés tiene por el “glamour” mientras el 25% de la población (ah, me dice el apuntador que ya hemos llegado al 26%) está en el paro puro y duro.

Lo primero que se me ocurre es que son labores disuasorias de los que manejan los hilos para tener al personal distraído y que no salga a la calle a poner barricadas o a levantar adoquines. Lo segundo que se me ocurre es que ha habido una epidemia de estulticia generalizada entre las mujeres en edad de votar (y de pensar) que se han olvidado de cuál es la situación reinante y prefieren únicamente concentrar sus esfuerzos en cómo llenar su armario de cara a la temporada primavera/verano.

Cuando se critica la mala programación televisiva, la conclusión ecuménica siempre fue que “se hacen los programas que el público demanda”. Así que supongo que ahora se escriben los blogs que los lectores quieren leer. De deportes o de moda o de viajes para lucir los trapos que te compres. Los de política van quedándose en el honroso apartado de las excepciones; los de gastronomía supongo que los siguen los que primero leen los de moda. Y en la miscelánea restante andamos todos los demás: algunos despistadillos –como servidora- y algunos genios que nunca serán profetas en su tierra.

Puntualización: si hasta aquí, quien ha leído, se piensa que hablo de los blogs publicados por El Diario Vasco.com –soporte que sujeta el mío propio- está en un error. Hablo también de periódicos de ámbito nacional que son los que leo para enterarme de lo que ocurre un poco más allá de las pelusillas de mi propio ombligo.

Esta no es más que una reflexión sin más; como todas las que yo hago.

En fin.

LaAlquimista

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