El cuento de los miércoles. "Compatriotas". | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

El cuento de los miércoles. “Compatriotas”.

                                               

            “Todo es cuestión de equilibrar las fuerzas. Y las leyes físicas no se descubrieron en balde; mira tú el Universo, tiene un equilibrio cuasi perfecto que hace que estemos colgados de la nada girando en armonía y sin desplazarnos ni un ápice (o apenas). Así que, después de años teorizando, leyendo libros al respecto –incluso los de autoayuda- haciendo yoga, intentando escuchar las voces del desierto, decidí ponerme en acción.  Variar mis comportamientos, contemplar la posibilidad de haber estado equivocada durante todos los años ya vividos de mi edad adulta y empezar otra vez por el principio. Casi desde cero. Con paciencia e ilusión enormes. ¿Por qué no? -me decía…. no tengo nada que perder, acaso tiempo y para eso está, y tanto que ganar…

           “Pensat i fet”… Y si para aprender inglés el mejor método es relacionarse con gente de esa habla, decidí relacionarme intencionadamente con personas-humanas de mi misma cuerda; lo que tú diste en llamar “compatriotas”.  Afines en inteligencia, en desarrollo, en inquietudes… Gente que valore lo mismo que yo valoro y de esa forma reducir al mínimo las disensiones.  Utópicos, (eso siempre, adoro el sueño de lo imposible), luchadores, corredores de fondo, fajadores natos, rebeldes, quiero a mi alrededor a todas las ovejas negras del rebaño, ese es mi color también a pesar de que debía pintarme de blanco para integrarme en la noria que, ni me aceptaba ni me agradaba. Ahora busco afanosamente a los “locos” que hay en toda familia, a los “fracasados”, a los “bichos raros”…. Esos son mis congéneres.

             Arrumbamos, siempre que podemos, la falsa moral, la hipocresía social, nos pasamos por el arco de triunfo lo “políticamente correcto”, maleducamos a nuestros hijos pues les hablamos de libertades de pensamiento, de desarrollo intelectual en vez de inculcarles ambiciones; nuestras metas son no tener metas, nuestras reglas son no tener reglas (aunque respetamos los semáforos en rojo), nuestra bandera se cae a jirones pero llevamos la sonrisa SIEMPRE patente y nuestros ojos tienen un brillo de locura que nos hace irresistibles…

             Somos los adultos hijos del desencanto de una época que nos metió el gusanillo para luego susurrarnos al oído que ya se había inventado el vídeo y el ordenador… somos los restos de un naufragio anunciado sustentado en planes de pensiones y fondos de inversión… pero, ojo amigo mío, como los últimos de Filipinas, quedamos unos cuantos, miles, muchos, agazapados en cualquier esquina. Y nuestra contraseña es re-conocernos, re-descubrirnos, sabernos latentes, con el magma presto a expandirse de nuevo…

 Hemos enseñado a nuestros hijos los trasnoches de Pablo Milanés y Miguel Hernández, les hemos hablado de nuestros primeros porros y se nos han reído a la cara, nos han arrinconado en su esquina favorita, maniatados pero con la Visa en la boca y… nosotros, algunos, muchos, hemos movido la cabeza lo más sabiamente que se nos ha ocurrido y hemos dicho: ”No, no quiero esta vida para mí”.

             Y comenzamos a desprestigiarnos entre nuestro círculo de amistades, en el trabajo, en la familia, a la vez que irradiamos más cara de satisfacción en las miradas escrutadoras y matutinas al espejo; comenzamos a dormir mejor, más horas, a roncar sin culpa, a fumar sin miedo al cáncer (ya era hora), a reclamar nuestro espacio, a patear si es preciso. A clamar como oradores borrachos nuestro deseo sin importarnos ya que nos escuchen o no; a TOMAR LO QUE ES NUESTRO.  Familia, cónyuges, hijos y demás fauna nos miran con recelo pues amenazamos con romper SU equilibrio a la vez que encontramos el nuestro. Las mujeres no quieren que les falte su marido de corbata y sueldo seguro para poder seguir yendo a comprar con la cabeza alta (en las tiendas se mira de reojo lo que compra la vecina); los maridos no desean que su mujer se ausente de casa por si les hace falta una aspirina en mitad de la noche; los hijos anhelan la comida en la mesa y la ropa limpia; los polos de marca y la moto a la puerta.  Nos exprimen como limones ¿salvajes?. Pues seámoslo.

             Yo ya di mi grito de guerra, ya pateé mi historia, rompí mis cadenas con la sociedad hasta donde pude –que fue mucho- y heme aquí buscando, rastreando otros resurgidos de las alcantarillas de la pseudo-clase media, desorientados, medio ciegos, errantes pero… compatriotas.  Y ocurre que nos reconocemos fácilmente, todo está dicho, las mismas ideas, el mismo desarrollo, hasta las mismas palabras. Y ya nos conocemos, ya sabemos quienes somos y disfrutamos grandemente de no sabernos solos, de haber hallado el apoyo sublime, creando lazos muy fuertes, tan fuertes como pueden ser los lazos de amistades surgidas y cultivadas en la edad adulta. Hombres que llevaban lustros sin llorar consiguen liberar sus emociones; mujeres atenazadas por el collar de perlas y la sartén gritan al Universo sus sentimientos; personas-humanas todas que nos juramos protección y nos brindamos un tipo de ayuda que es absolutamente inclasificable…

Soy la única persona que conoce los secretos de la vida de quien ha querido confiármelos, la privilegiada amiga de quienes me eligieron para sí, la feliz portadora de afectos exquisitos, la amiga de mis amigos amados… y yo, sé que no estoy sola, que –aunque no lo reclame de seguido- están ahí, para ayudarme, para escuchar mi silencio cuando lloro y me abrazan, para sujetar mis puños cuando estos quieren golpear la pared, para acariciar mi cabello cuando me convierto en la niña pequeña que soy gran parte de mi tiempo, para traerme un jazmín en flor hasta mi puerta y decirme “éste soy yo, cuídalo”. O para enviarme un poema que les ha surgido del más recóndito huequecillo del alma. Son mis “compatriotas”.

20 de Julio de 1999

(Mi último escrito a mano, con la pluma Montblanc de mi padre).

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

https://www.youtube.com/watch?v=a81AGfl0JOY

Silvio Rodriguez y Chucho Valdés. “Unicornio Azul”

Toda una época…

 

 

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


mayo 2013
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031