"Felix et Meira" Una película sobre los judíos hasídicos | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

“Felix et Meira” Una película sobre los judíos hasídicos

 

He visto la película “Felix et Meira”, del canadiense Maxime Giroux, presentada en la Sección Oficial en el Festival de Cine de este año. La publicidad la vende como “un amor imposible” y quizás se haya conseguido que parte del público se haya quedado prendido en cuanto de romántico tiene la película sin estremecerse adecuadamente por el submundo religioso de esclavitud hacia la mujer que destila.

La mujer protagonista pertenece al grupo de judíos hasídicos –extremistas ortodoxos del judaísmo en sus prácticas místicas y religiosas-, extendidos por el mundo y que pude conocer de primera mano en mi viaje de hace unos años a Jerusalem.

Me estremecí cuando vi el tipo de vida que llevaban las mujeres que habían nacido en este grupo asfixiante y del que no podían renegar so pena de marginación total y absoluta; bien entendido que su adoctrinamiento era tal que ni se planteaban no ser libres. Mujeres jóvenes vestidas como monjas seglares, con embarazos continuos –llegan a tener hasta doce hijos con toda naturalidad-, sometidas al varón (padre o marido) de tal manera que ni siquiera tienen permitido mirar a un hombre a los ojos. Mujeres que son obligadas a cortarse el cabello casi “al cero” al casarse y llevar de por vida una peluca para salir a la calle –por eso mi extrañeza al ver que TODAS llevaban similar peinado- o cubierta la cabeza con pañuelos reforzados.

Son los guardianes de tradiciones, misticismos y ritos ancestrales del judaísmo aunque no tengan más historia encima que menos de cuatrocientos años. No trabajan, están mantenidos por el Estado Judío, exentos de hacer el servicio militar –aunque ahora les están quitando sus privilegios- y su misión es rezar, estudiar sus textos sagrados y reproducirse sin tregua. Los vi de cerca y tuve un par de encontronazos cuando, en una tienda, uno de ellos –sin querer- me empujó y yo, al ver que no se disculpaba, se lo hice notar. Automáticamente el dueño del negocio me reprochó que me hubiera atrevido a dirigir la palabra a un judío hasídico porque “al ser mujer no podía mirarle a la cara ni mucho menos hablarle”. Afortunadamente hablo inglés y pude expresarle mi opinión sobre su comentario y despacharme a mis anchas, por lo que fui invitada a abandonar el lugar sin más contemplaciones.

Ahí fue cuando me empecé a estremecer y a sentir que mi curiosidad se aguijoneaba y querer observarles más de cerca. Comprobé, aturdida,  que eran los hombres los que hacían la compra en el mercado Mahane Yehuda (las mujeres no tienen permiso para hacerlo), y ví como “se colaban” impunemente haciendo gala de su “rango superior” entre los demás judíos normales y corrientes. (Segundo encontronazo porque no permití que uno de ellos pasara por delante de mí y del que salí indemne gracias a la agilidad de mis piernas)

Les vi bailar en las calles del Jerusalem moderno y en su barrio privativo y tocar sus músicas excluyendo a sus mujeres (retenidas en sus casas); fui al barrio donde vivían, Mea Shearim –con gran disgusto y protesta del taxista al que le obligué a hacerlo- y soporté los gritos enfadados de las mujeres por haberme atrevido a pisar sus calles -siendo una “infiel” a sus ojos estrictos- y a fotografiarles. Y eso a pesar de que nos habíamos “disfrazado” con faldas largas y pañuelos en la cabeza… ya que éramos “goyines”, apelativo peyorativo para quienes tienen otra religión diferente a la suya.

La película “Felix et Meira” describe minuciosamente la esclavitud aceptada a la que son sometidas por sus familias las mujeres judías hasídicas hoy en día, situando la acción en la comunidad de Québec. Pero parece ser tan sólo una historia novelesca, de película, como si no estuviera ocurriendo ahora mismo en todas las comunidades judías hasídicas que hay en el mundo y que no son pocas. (Consultar San Google)

Así que salí del cine con el cuerpo revuelto, hablándole a mi hija del maravilloso regalo que tenemos en nuestras manos las mujeres de este trocito del mapa, donde podemos rebelarnos ante cualquier tipo de opresión, donde somos LIBRES de elegir nuestro camino –aunque tantas veces nos equivoquemos- y donde ningún hombre nos prohíbe mirarle a los ojos (aunque se turben por ello) ni nos quiten a nuestros hijos si pedimos el divorcio, ni nos rapen la cabeza como piojosas cuando nos casamos…

Estas mujeres están sometidas al varón a causa de la religión en la que han nacido y que no pueden eludir practicar…excepto la protagonista de la película. Un pequeño rayito de esperanza para todas las mujeres que están doblegadas, confundidas, temerosas, escondidas tras los barrotes que han instalado “sus” hombres para que no puedan volar.

Y la religión velando por ellas…

En fin.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


septiembre 2014
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
2930