Este es un tema que me da cien patadas abordar pero parece ser que a no pocas personas que ya han atravesado la raya del ecuador vital les afecta como “sujetos pasivos”, es decir, que tienen que padecer las costumbres extemporáneas o “manías” de sus allegados sin encontrar la forma de librarse de ellas. Estas peculiaridades son de “andar por casa”, es decir, que de puertas para afuera no son demasiado apreciables porque forman parte de esa intimidad del ser humano que no se muestra al salir a la calle sino que afloran cuando nadie nos ve o en el ámbito de la convivencia.
-¿Maniática, yo?- contaba una amiga que, mientras comíamos juntas en su casa, se iba levantando a cada rato para ir fregando la vajilla y de esa forma: -“al acabar de comer ya está todo recogido”. -¿Maniático, yo?- se defendía un amigo al que le encanta tender la ropa poniendo las pinzas por colores y si no las tiene por parejas, se mosquea y mucho.
-¡Tú sí que eres maniática!- me soltó a la cara quien no podía entender que los platos estuvieran alineados en el armario escurreplatos los pequeños con los pequeños y los grandes con los grandes en vez de en un batiburrillo de vajilla divorciada.
Así que me he puesto a observar mi forma de hacer las cosas para saber si mis costumbres se han convertido ya en manías como dicen que ocurre “con la edad”. No porque quiera corregir nada (ya que Elur no se queja, obviamente) sino por ver si me he hecho mayor sin darme cuenta.
-Cuando cierro el coche con el mando a distancia, NO compruebo manualmente si está cerrado tirando de las manillas de las puertas.
-Cuando me voy a la cama NO saco los cables de los enchufes en previsión de que haya un corto en mitad de la noche y me abrase en el lecho.
-Cuando se me va acabando el Fairy NO le añado agua para que dure más.
-Cuando compro una sartén nueva, porque en la vieja se me pega todo, NO sigo usándola hasta que muera definitivamente, mientras guardo la nueva en el horno con su precinto de garantía puesto.
-Cuando se me acaba el helado NO guardo el tupper de plástico por si algún día voy de picnic.
-Cuando como lo que viene en un bote de cristal NO lo lavo y colecciono en el armario de arriba como si fueran pastorcitas de Lladró.
-Cuando voy al súper NO hago acopio de bolsas de plástico ni las doblo con perfección milimétrica para tener un cajón rebosante de ellas por si estalla la tercera guerra mundial.
-Cuando termino de comer NO dejo las servilletas de papel dando vueltas por la cocina para usarlas de trapos.
-Cuando estoy con mis amigas NO miro el móvil cada cinco minutos para ver si me ha entrado algún whatsapp.
-Cuando vuelvo a casa con el perro no le limpio las patas en la bañera para que no me manche la alfombra.
-Cuando hago la compra no adquiero artículos “de dos categorías” para usarlos según y cómo. O todo es bueno o todo es menos bueno, que queda muy feo comerse las galletas maría y sacar a las visitas las pastas de té. (O al revés)
Y como la lista de todo lo que me libro podría ser aburrida, dejo el post abierto para que, quien quiera, se autoflagele y aprenda algo…que siempre es bueno.
En fin.
LaAlquimista
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