La estúpida inconsciencia de los "Adoradores del Sol" | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

La estúpida inconsciencia de los “Adoradores del Sol”

 

 

La libertad del individuo le da pleno derecho a cometer tantos errores como quepan en la letra E de una enciclopedia y nadie tiene porqué decir ni mú ante este hecho aunque el costo de las consecuencias sea alto y –en muchos casos- tenga que ser pagado entre todos. De esa libertad provienen muchos males y unas pocas bondades, pero la filosofía no hace buenas migas con la dermatología como va a quedar demostrado. En realidad estoy buscando las pulgas de alguien rebuscando entre las actividades que tienen consecuencias nefastas para la salud física: fumar, alimentarse desaforadamente, practicar deportes de riesgo o tomar el sol como lagartijas. (Enamorarse compulsivamente también tiene consecuencias nefastas, pero para la salud mental, así que lo dejaremos para otro día.)

La insistencia a veces tiene premio así que este año también toca dar la chapa con la absurda, peligrosa y poco favorecedora costumbre occidental de broncearse a lo bestia, es decir, creyendo que basta una crema con protección solar para no contraer cáncer de piel.  Eso no es cierto de ninguna de las maneras y dan fe de ello los historiales de cualquier departamento hospitalario de Oncología. (No explico por enésima vez lo de la melanina y la reacción de la piel para protegerse de las quemaduras.)

El Sol… ¿a quién no le gusta recibir amorosamente sus rayos, disfrutar del calorcito sobre todo cuando se abandona el frío del invierno y el frescor primaveral? ¡Qué placer tumbarse y abandonarse a tal caricia! Raros y raritos serán los que abominen de la “fotosíntesis” que nos brinda el astro rey… Lo que pasa es que, como toda pleitesía ante una “monarquía”, las consecuencias a debitar son más que molestas, cuando no “absolutistamente” perjudiciales.

Por mucha crema protectora Factor 50+ que una madre esparza sobre la piel de sus infantes, la piel del niño se quemará, el ADN se irá descomponiendo poco a poco y guardará memoria de todo el exceso de exposición acumulado para el resto de sus años de vida. Por mucho mejunje con que se reboce la piel quien luego se tira HORAS expuesto al sol para obtener el bronceado deseado, acabará obteniendo el premio a tanto tesón en forma de queratosis actínica, carcinomas o quemaduras varias.

¿Vale la pena? ¿Compensa correr ese riesgo? ¿No tenemos nada mejor de qué fardar ante los demás si no es de estar bien bronceado? ¿No nos sentimos un poco estúpidos al mirarnos al espejo y ver las marcas de rojeces y quemaduras que se nos van formando en la piel? ¿Y si aparece el fatídico melanoma…? Pues mala suerte, oiga, de algo hay que morir y ya está, que es lo que decimos todos cuando nos dicen lo que no queremos oir.

Por eso estoy convencida de que tuve muy buena suerte cuando hace más de diez años superé una queratosis actínica que me hizo tomar la decisión de alejarme para siempre de los rayos solares. Se me declaró en mitad de la cara, en el lugar donde se dan tantos besos. No pongo aquí una foto de las pintas de “leprosa” que tenía porque me parece de mal gusto. Después de hacer un tratamiento tópico con una crema abrasiva de componentes altamente dañinos, observé cómo se me reprodujo en la pantorrilla y tuve que pasar por quirófano. Más tratamiento, más miedo y angustia por si el ADN estaba ya completamente deconstruido y el cáncer iba a ser llamado por su nombre y no con eufemismos. Me salvé por la campana gracias a la buena suerte, al buen hacer de mi oncóloga favorita y a que desde entonces no me expongo al sol ni tanto así. Por eso puedo escribir este post.

Pero como nadie escarmienta en piel ajena, este verano, como tantos otros, se llenarán las consultas de dermatología y oncología de personas (casi todas mujeres) quemadas, abrasadas por fuera y por dentro porque están convencidas de que no corren ningún riesgo, que lo del melanoma “les pasa a los demás” y todas esas autojustificaciones de tres al cuarto que se regala el ser humano cuando quiere que las consecuencias de sus actos le pasen rozando, sin mandarle a la cuneta directamente.

Mi propia inconsciencia estúpida me dio dos avisos determinantes para que me lo pensara. Y me lo pensé, porque a la tercera igual ya no había nada que pensar…

En fin.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


junio 2016
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
27282930