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Cecilia Casado

A partir de los 50

¡Cómo pasa el tiempo!

 

Los filósofos que a mí me gustaban tuvieron la santa paciencia de hacer hincapié en lo efímero del árbol de la vida y la poca conciencia que de ello se tiene mientras se vive para luego lamentarse cuando ya las hojas han caído marchitas y el tronco se ha resquebrajado.

Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver, además de ser una frase mal atribuida a James Dean, se convirtió en los años 80 en una gran estupidez. ¿Quién quería morir antes de tiempo y perderse TODO lo que magníficamente la vida ponía a nuestra disposición? Entonces éramos jóvenes, de espíritu y de “profesión” y ya nos íbamos dando cuenta de que, a pesar de la represión de muy diversa índole, la palabra presente también significaba regalo.

Nos gustaba vivir, vaya que sí, y exprimíamos esa fruta exótica de todas las maneras posibles, tanto cuanto nos permitía la educación recibida –religión interpuesta- y el grupo social que nos había tocado en suerte. Pero nos las arreglábamos para disfrutar a tope y sentíamos sincera pena por quienes no podían hacerlo porque el viento les soplaba de cara.

Hoy en día, de una persona “intensa” se alaba esa peculiaridad; antes, era una especie de rémora que había que esconder o disimular; así las cosas, viví pues con mucha intensidad todo cuanto me tocó en suerte o conseguí con mi esfuerzo. Hubo circunstancias determinantes y también empeños y luchas, en la proporción justa que hace que un combinado esté rico…y no te tumbe por exceso de alguno de sus ingredientes.

La vida me pareció insoportablemente lenta en algunas ocasiones, sobre todo cuando creía que estaba encerrada en una jaula y no me daba cuenta de que tenía la llave en el bolsillo, y en otras voló supersónicamente llevándome arriba y abajo entre suspiros de emoción y gritos de alegría incontrolada.

De nada puedo quejarme porque todo lo elegí yo. Incluso cuando permití que eligieran por mí también estaba haciendo uso de mi libertad… por dejación u omisión, pero responsable final yo misma, qué duda cabe.

Ahora veo las cosas de otra manera y le doy a la vida el ritmo que quiero y (creo que) necesito que tenga. Algo así como conducir –por fin- el coche por mi cuenta, a la velocidad que me conviene y sin que nadie me espolee para pisar el acelerador o me meta miedo para que tasque el freno. Las revisiones las paso yo solita y el mantenimiento también corre por mi cuenta; no dejo nada en manos ajenas.

Hace diez años tenía menos kilos y más proyectos; hace diez años empezaron las canas y terminaron las dudas. Hace diez años mis hijas me necesitaban y ahora soy yo quien las necesita a ellas, por lo menos en cuanto al aspecto emocional. Hace diez años me quedé sin trabajo y comencé a escribir este blog. La cosecha ha sido ubérrima a pesar de alguna helada y pedrisco ocasional.

Estoy agradecida a la vida, a las personas, a mí misma por haber podido llegar hasta aquí y desear que esto sea un punto y seguido aunque me vea obligada a cambiar demasiadas veces de párrafo.

Cuando siento que la vida es un pastel algo amargo, pienso: ¡Que no me quiten mi ración! Seguro que somos muchos los que preferimos morir de un “atracón” que de “inanición vital”.

Felices los felices.

LaAlquimista

“Sirena” Oleo sobre lienzo

https://www.amandaarroutea.com/

https://www.facebook.com/laalquimistaapartirdelos50/

**Ayer se publicó en la web de DV.com una entrevista resumiendo los diez años del blog. Como me consta que ha habido problemas para acceder a la misma, la copio aquí por si alguien se quedó con las ganas de leerla.

DIEZ AÑOS DE BLOG “A partir de los 50”

-¿Por qué te decidiste a escribir un blog, qué te animó a ello? Con 55 años me vi obligada a asumir una prejubilación no deseada y para que mi mundo no se viniera abajo tuve que buscar una actividad que diera salida a mis inquietudes emocionales e intelectuales. El síndrome del “nido vacío” acechaba… También me apunté a talleres, actividades, gimnasio y todo el etcétera al que se agarra como a un clavo ardiendo quien ve truncado su desarrollo profesional antes de tiempo. De todos aquellos “clavos”, el blog es el único que ha resistido el desgaste del calendario.

– ¿Por qué el salto a Diariovasco.com? Fue Diariovasco.com quien me “eligió” a mí a partir de un reportaje sobre “los nuevos jubilados” donde hablé de mi blog y se vio la posibilidad de una colaboración. Fue sencillo porque el blog cubría una laguna ya que iba dirigido a un estrato de la sociedad que estaba siendo muy poco tenido en consideración en las redes sociales.

– ¿Hay vida a partir de los 50? ¿Por qué ese ‘lema’? ¿Nos podemos reinventar a cualquier edad? Estamos demasiado apabullados por los prejuicios y las “crisis” de la edad. A los dieciocho veíamos los 30 como el comienzo del declive, a los 30 nos parecían los 40 el fin de toda ilusión y a los 50 cruzábamos un “ecuador” irreversible: se acabaron las expectativas. Pero el calendario sigue y cuando rebasas los 50 te das cuenta –porque miras atrás- de lo tontos que hemos podido llegar a ser… y queremos seguir viviendo, cada día con ilusiones nuevas, como si fuéramos eternos. Sentí que había que dar un “arreón” a la gente desencantada y predicar con el ejemplo, por supuesto. Así que me “reinventé” a la brava. Como mejor pude y supe, desde luego. Hay vida a partir de los cincuenta y con MAYÚSCULAS.

– ¿Es un blog solo para gente mayor de 50? En principio así pensé que sería; un blog para “cincuentones” y muy enfocado en la mujer. Pero luego resultó que lo empezaron a leer hasta las amigas de mis hijas y mucha gente que miraba la barrera de los cincuenta como la entrada al infierno

de la soledad y la decepción. Hablar sin tapujos de lo que es la vida de un “adulto mayor” hace que la gente de 30 ó 40 vaya perdiéndole miedo a cumplir años.

– ¿Con qué frecuencia lo actualizas y qué temas tratas? ¿Cómo eliges los temas? Al principio estaba tan entusiasmada que escribía todos los días, era como un frenesí por actualizar el cuaderno de bitácora –que no deja de ser un “diario personal” de alguna manera-, y contaba mis cosas del día a día, compartía mis “reflexiones en zapatillas” sobre lo que me ocurría o veía alrededor. Me quité los filtros que me había autoimpuesto durante tantos años y empecé a ser “yo misma”. Me cayeron algunas hostias, pero bueno… Luego fui bajando el ritmo porque no me daba la vida para todo lo que quería hacer, así que ahora mismo, dos veces por semana: martes y viernes.

– ¿Qué te ha aportado en estos años escribir el blog a nivel personal? Lo primero fue la sorpresa de los comentarios que la gente incluía en el blog y a los que yo contestaba –y sigo contestando puntualmente- que me movían a replantearme mis ideas porque muchas veces eran –y siguen siendo- comentarios críticos que me obligan a reflexionar. También están los emails personales que recibo de algunos lectores en los que me cuentan su experiencia, comparten sus vivencias y ofrecen/buscan empatía cuando los temas son espinosos. Los contesto a todos, pero siempre aclarando que no tengo autoridad moral alguna para dar consejos, que soy una “metepatas emocional” y que mi vida es fiel ejemplo del más completo abanico de errores. Lo normal, vaya.

– ¿Cómo ha sido la respuesta/repercusión al blog estos años? ¿Ha cambiado o evolucionado de alguna forma? Pensaba que, con el tiempo, iría descendiendo la curiosidad o disminuyendo los lectores, pero lo curioso es que, digamos, que van fluctuando por épocas. Piensa que –según el programa de Google Analytics- después de España, donde más se lee el blog es en Latinoamérica. Curioso ¿verdad?, yo que pensaba que más lejos de Gipuzkoa no le interesaría a nadie…

– Algún ejemplo de su repercusión (quedadas, amistades, etc) Este es el regalo con mayúsculas que me ha ofrecido el blog: conocer a personas estupendas –algunas incluso maravillosas- que han pasado a formar parte de mi círculo de amistades más personal. Un día se me ocurrió plantear una KDD (juntarnos en algún sitio público quienes quisieran venir) y aparecieron veintitantas personas en una cafetería de la Plaza de Gipuzkoa. Aquello fue un bombazo. Enseguida pasamos a sentarnos a comer o a cenar en grupos, añadiendo amigas y amigos, formando una cuadrilla que, a día de hoy, todavía mantiene los mimbres de la amistad entre muchos de sus componentes iniciales. ¿Quién me iba a decir a mí que a partir de los cincuenta años iba a hacer NUEVAS amistades…y de las buenas?

– ¿Qué crees que te han aportado los lectores? ¿Te sugieren temas, por ejemplo? La mayoría de los lectores leen el blog en silencio, no comparten dudas ni ofrecen opiniones. Dicen –cuando lo pregunto- que “da vergüenza” saltar a la palestra y comentar públicamente (y eso que los comentarios se hacen con un Nick o son anónimos) y eso me da pena porque sé que todos nos perdemos algo muy interesante: la visión ajena sobre los problemas comunes. A veces me sugieren temas y hago lo posible por complacer, pero sigo el criterio de no hablar más que de lo que conozco en primera persona, de mis vivencias o de situaciones muy cercanas; me falta la capacidad para hablar sobre “cualquier tema”, ya digo que lo mío es la “filosofía en zapatillas”.

– ¿Qué temas o artículos concretos han tenido más tirón? ¿Y los más polémicos? Como buenos voyeurs y morbosillos que somos, en cuanto hablo de sexo, zas, el blog se viene arriba. Quiero decir que aumentan los lectores, pero no así los testimonios porque sigue siendo un tema tabú entre las personas de mi generación. El tema polémico por excelencia es el de las separaciones/divorcios, esos días en los que me da por espolear a la gente que está en su zona de confort amorosa sin amar a quien tienen al lado. Repito una y otra vez mi experiencia: mis dos bodas, mis dos

divorcios; mis novios y mis amantes, las parejas que me fallaron y a las que yo fallé. Las mentiras, la desilusión, la dificultad de un “matrimonio de largo recorrido”. En fin, lo que nos pasa a la mayoría y solo una minoría se atreve a agarrar al toro por los cuernos. Y no es un chiste.

– Alguna anécdota agradable y otra desagradable. Agradables muchísimas: desde recuperar a viejas amistades que me “redescubrieron” en el blog, hasta algún que otro admirador/enamorado que me ha regalado momentos amables y casi felices… y flores. Lo menos agradable es cuando aparece algún troll en el blog, esos que se empeñan en meter cizaña, embadurnar todo lo que tocan y volcar en un pequeño espacio público sus miserias más privadas. Alguno consiguió mi teléfono y me estuvo acosando de mala manera durante un tiempo; no fue nada agradable.

– Un tema que jamás tocarías, ¿por qué? Dos temas en realidad: la religión y la política. El primero porque soy atea convencida y quiero que se me respete de la misma manera que yo no intento convencer a nadie de si sus creencias son dignas o indignas. No soporto a quienes quieren catecumenizar al personal. De política no deseo hablar en el blog –ni que nadie saque el tema- para que no acabemos tirándonos los trastos (virtuales) a la cabeza. Hay otros foros y lugares en los que debatir. Además, soy de izquierdas o sea que tendría todas las de perder… ¡Ah! Y la familia, claro. Ahí hay instalado un alambre de espino electrificado que si lo rozo –queriendo o sin querer- ¡me suelta cada calambrazo que no veas! Mis hijas “me dejan” que dé alguna pincelada sobre sus vidas, pero es porque me quieren mucho, jajaja.

-¿Por qué un blog de “Filosofía de Vida y Reflexiones? Hay quien vive la vida sin “pararse a pensar”. Porque no tiene tiempo, porque no ha aprendido o porque no se le ocurre. Y llegados a cierta edad uno puede descubrir que los paradigmas bajo cuyo manto se ha vivido hasta entonces ya no son válidos o, por lo menos, hay que cuestionarlos. Y de eso se trata el blog: de cuestionarse las cosas, de encontrar cada uno su “propia filosofía de vida”. Y reflexionar sobre el

porqué de las cosas. Protestar. Descarar. Quitarse los filtros. Casi nada.

– ¿Te imaginabas hace diez años que seguiría el blog hoy en día? Pues como todo en la vida; lo dejamos fluir y “lo que surja”. Ahora mismo no me planteo si seguiré escribiendo mucho tiempo más o no; lo que sí sé es que escribir ESTE blog ha supuesto para mí el ahorro de muchas sesiones de terapia y que la liberación de inquietudes es mucho mejor compartirlas con quien desee leerlas que guardarlas bajo siete llaves. He perdido en el camino el falso pudor y la falsa vergüenza. Todo está bien.

La vie est belle!

 

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


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