>

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

Cómo aguantar tanta fiesta y no morir en el intento

Se acaba, por fin, la locura. Hace unas horas escasas, a las doce de la noche, los últimos redobles de los tambores donostiarras pusieron fin a los treinta días de jolgorio, comilonas, gastos desmesurados y rutinas descalabradas.

No me estoy quejando –vaya esto por delante- sino relatando (para los que lo desconozcan) la montaña rusa de “fiestas de guardar” –porque las guardamos como oro en paño- que se abalanza sobre mi pequeña ciudad desde el 21 de Diciembre hasta la madrugada del 21 de Enero. Y es que los vascos, y aquí los donostiarras con nuestra fama de serios a cuestas, nos pegamos un mes seguido de fiesta empalmando festividades como madrugadas con amaneceres.

Como preludio de las navidades nos lanzamos el 21 de diciembre a celebrar Santo Tomás vestidos o disfrazados –que de todo hay- con el típico atuendo ancestral del habitante del caserío –analfabeto, noble y borrikote- que bajaba a la ciudad a pagar la renta “al amo” y de paso vender su chacinería artesanal y demás. Las mujeres acompañaban como hijas o esposas, como etxekoandres, (mujer de la casa) al padre o al marido, para ayudar con la carga y de paso portar el condumio. Hoy se recrea la tradición con alegría y poca reivindicación aunque sigamos soportando la carga y cuidando a la prole, aunque haya dinero para gastar, disfrutar y pasar un buen día en la calle.

Al día siguiente, el 22, una vez superada la decepción de la lotería (aunque este año ha caído un pellizco interesante por aquí cerca) comienza el frenesí desaforado de asaltar mercados, supermercados y centros comerciales en forma de ordenadas –pero inacabables- colas para hacerse con la materia prima (otra vez en cantidades escandalosas) con las que dar de comer a la familia cercana y demás parentela adosada. La locura de siempre, vamos. A cocinar, a comer, a soportar las malas digestiones. Otra tradición que solo el apocalipsis detendrá de golpe. E igual, ni eso.

Se mezcla esa semana de finales de año, con el peregrinaje desesperado por más tiendas físicas u on line para abastecer de regalos “imprescindibles” a todo bicho viviente que comparta ADN o apellido colateral. Nos ayuda la publicidad de mil artículos absolutamente prescindibles pero con cuya ofrenda pretendemos acallar la conciencia de todo un año de indiferencia o el deseo de vernos más guapos, más jóvenes, “más mejores” de lo que en realidad somos.

Las uvas y el Año Nuevo son el paso del ecuador al que se llega con la lengua fuera y con el bolsillo del revés. Pero todavía queda la cabalgata de Reyes, la noche de limpiar zapatos, los regalos merecidos u obligados, el roscón relleno de grasa y la penúltima comilona.

La última fue ayer. La reunión festivo/familiar del santo patrono de la ciudad. Han llegado a ella, pero a trancas y barrancas, los supervivientes de la tradición. Los desertores se han ido a esquiar o a tomar el sol al Caribe.

Un mes entero, estoy no hay dios que lo aguante –decimos-, pero un año tras otro se sigue ahí, al pie del cañón o de la costumbre o de esa “fiesta” que para algunos es más un suplicio que otra cosa.

¿Y cómo se aguanta todo esto? Pues no hay más que una manera: con un par (de ovarios) y a las bravas. No existe paliativo que sirva, como no sea la huida y poniendo kilómetros de por medio.

Pero ya dije al principio que no me voy a quejar de nada porque la queja es como escupir al cielo y no apartarse a tiempo; nos cae encima el denuesto ensalivado.

Ya ha terminado todo…hasta los carnavales.

Estoy sana, estoy sola… ¡Prueba superada un año más!

Felices los felices.

LaAlquimista

https://www.facebook.com/laalquimistaapartirdelos50/

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

 

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


enero 2020
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031