>

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

Tragaldabas

 

Según me van contando anda el personal salido de madre con el tema de cocinar para matar el aburrimiento, que no el hambre. Que le ha dado a la gente por amortizar el horno y liarse a hacer bizcochos, tartas, quiches, galletas y magdalenas. O a hacer croquetas en cantidades industriales y congelarlas “por si acaso”.

Lo peor no es que se metan entre pecho y espalda sobredosis de harinas, azúcares y carbohidratos en general, sino que se empeñan en enviarte fotos al whatsapp y preguntarte si no quieres que te pasen la receta. Como yo soy más de salado no hago ni caso y santas pascuas.

Y digo yo: ¿de verdad nos hemos vuelto locos todos al unísono? ¿Hay una telepatía colectiva que hace que varios millones de españoles cocinen e ingieran lo mismo todos a la vez? Será que como ya nos hemos coordinado para el aplauso de las ocho de la tarde pues ahora queremos ser más iguales todos, confinados o secuestrados (según se mire), que aquí se dice mucho eso de que mal de muchos, consuelo de tontos.

Vivo sola, cocino sola, como sola. Así que no me veo a mí misma dándome un atracón de macarrones con chorizo, pechuga rebozada con patatas fritas y rematar la faena con un trozo de bizcocho. (Ya se me ha hecho pasta la boca solo de imaginarlo). Pero, seguramente, si tuviera una “celda” doble en vez de una individual también me vería arrastrada al único pecado capital que nos está permitido oficialmente: la gula. Del otro pecado interesante, mejor ni hablamos porque para qué.

A lo que voy que me he perdido en ensoñaciones…

Esto de inflarse a comer como locos para paliar la desazón producida por el miedo no sé yo si va a acabar bien. Porque ahora no vamos al ambulatorio cuando nos duele algo, que nos aguantamos en casa como podemos, no vaya a ser que volvamos con algo indeseado, o como decía aquel refrán “ir por lana y salir trasquilado”; pero cuando acabe el confinamiento…ay, entonces, todo será crujir y rechinar de dientes. Que si se me ha disparado el azúcar, los triglicéridos, el ácido úrico y me pesan hasta las malas intenciones al andar. Que si una analítica por caridad que me encuentro muy mal con los diez kilos que he cogido sin comerlo ni beberlo (ahí es donde no va a colar con el médico de cabecera).

Volveremos a saturar por asalto los servicios sanitarios y nos quejaremos si nos despiden con cajas destempladas o, más llanamente, nos mandan a hacer puñetas por irresponsables…y tragaldabas.

Aún estamos a tiempo; todavía no se han cumplido los dos meses de confinamiento y obligatoriedad de comer en casa. ¡Dejemos de darle a la harina y el azúcar de una santa vez! Volvamos a los buenos tiempos donde rechazábamos el postre en el restaurant y pedíamos verduras o ensalada de primero y apartábamos las patatas fritas del entrecot con gesto despectivo.

Por si las moscas, cada dos días me pongo los vaqueros y recorro con ellos doscientas veces el pasillo. El día que no me entren sabré que mi sentencia está firmada.

Felices los felices.

LaAlquimista

Sigue el blog a través de la página de Facebook:

https://www.facebook.com/apartirdelos50/

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

 

 

 

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


abril 2020
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
27282930