>

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

No vamos a ser mejores

Cuando avance un poco el calendario y nos pongan por Decreto Ley en modo “nueva normalidad” nos miraremos unos a otros de soslayo y con la mosca detrás de la oreja, escépticos unos, desencantados todos. Cuando esto pase –aunque ya avisan de que los coletazos podrían durar años- tendremos muy, pero que muy presente el comportamiento de todos y cada uno de los ciudadanos con los que nos hemos visto obligados a interactuar.

Seremos rencorosos y se la guardaremos como oro en paño al gobierno y a la oposición por los errores y las contradicciones que han hecho soportar a la ciudadanía. Olvidaremos que la gestión de una pandemia es un “marrón” imposible de afrontar con éxito sin previsión, capacitación, ni medios, pero recordaremos quienes se han enfangado en la necro-política mientras las familias enterraban a sus muertos en una desquiciante soledad.

Aflorarán desde la trastienda la media tonelada de reproches almacenados entre allegados que se han ignorado mutuamente o se han portado de forma insolidaria entre sí,  y se verá más que nunca que “lo que no es amor es interés”. El clásico “ésta te la guardo” va a estar a la orden del día. Mucho me temo.

Quedará vivo y coleando el resentimiento hacia una sociedad que ha mirado demasiado por sí misma demostrando muy poca compasión hacia quienes más vulnerables han demostrado ser. De este “saco de “pecadores” quedarán libres de toda culpa la ingente cuantía de salvadores que estuvieron ahí, trabajando y penando, corriendo riesgos y sucumbiendo a ellos, dándolo todo para que los demás pudiéramos aguantar tan ricamente encerrados en casa: sanitarios, servicios, y todos los trabajadores que se descubrieron como esenciales.

Mientras hemos estado en el ojo del huracán de esta pandemia ha salido a la luz lo peor y lo mejor de cada ser humano contemplado desde un prisma individual. Es decir: el egoísta lo ha sido más todavía; el cobarde se ha superado a sí mismo, el huraño ha apartado a todo el mundo, el antipático no ha dado ni los buenos días y el que no sabía amar ha seguido sin aprender nada. El maltratador ha maltratado, el abusador ha abusado; el autoritario ha seguido con sus razones y el haragán con sus excusas. Lo peor de cada uno, sin duda alguna.

Durante el tiempo en que nos hemos visto enfrentados a una realidad dolorosa, fea, inimaginable y mortífera, hemos estado cruzando los dedos para que “no nos tocara a nosotros” y contando los muertos ajenos a la vez que dejábamos que el morbo campara a sus anchas mirando desde el sofá del salón o la mesa de la cocina todo el dolor que ocurría en el mundo.

¿Que seríamos mejores, decían algunos visionarios? Eso sí que es hablar por no callar. Predicar el amor en las redes sociales y en los titulares no sirve de nada, ya nadie se lo cree. “Ahora que no puedes trabajar fuera, trabaja en tu interior”, como si no se supiera que para muchísima gente el “crecimiento interior” es que se te hinche el hígado o similar. No es un chiste, desgraciadamente, no lo es.

No vamos a ser mejores…sino mucho peores; o por lo menos, estaremos desencantados, decepcionados y desilusionados. Que es lo mismo que decir que habrá muerto el encanto, la ilusión y la esperanza que le poníamos a la vida antes de que esto ocurriera. Todos seremos rencorosos y algunos incluso vengativos.

Unos se habrán quedado sin salud o perdido a seres queridos; pero la mayoría habrá perdido el trabajo, la seguridad del futuro…el futuro en sí mismo. Faltos de retos por los que luchar más allá de ver si se obtiene una subvención, una beca, una ayuda estatal… o un trabajillo bajo manga para sacar unos pocos de cientos de euros al mes y seguir tirando.

No, no seremos mejores digan lo que digan los gurús que cobran por decirlo o esos visionarios a los que se recurre para que suelten mensajes edulcorados que, a fuerza de repetirlos, acabarán convirtiendo las falacias en verdades como puños.

“Después de esto, seremos mejores”. Pues que baje Dios y lo vea porque mucho me temo que las secuelas emocionales (además de sanitarias) que va a dejarnos la COVID-19 van a ser dificilísimas de curar. Además de traumáticas.

En contrapartida, habrá un baby-boom, como siempre ha ocurrido en tiempos de tragedia colectiva. La naturaleza humana recuerda su primitivismo y el sexo sigue siendo una necesidad fisiológica. Eso ya me consuela un poco…por si me cae algún nieto.

Felices los felices.

LaAlquimista

Te invito a visitar mi página en Fb.

https://www.facebook.com/apartirdelos50/

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

** Y ya voy acabando con los post paridos por la COVID-19. Yo también tengo ganas de mirar hacia dentro y no hacia fuera. Y salir a la calle y hacer que la vida siga; incluso la mía.

 

 

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


mayo 2020
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031