"La cigarra y la hormiga" | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

“La cigarra y la hormiga”

Dicen, cuentan, que cuando nos hacemos mayores el común de los mortales se convierte en “hormiga” y si alguna vez fue “cigarra” lo echa al saco del olvido. Será que con los años entra el canguelo frente a la enfermedad, el desvalimiento y la falta de fuerzas para terminar el camino sin ayuda externa y en vez de disfrutar de la penúltima etapa –la última siempre es dolorosa y bastante patética, según parece-, esa edad en la que todavía hay fuerza y algo de ganas, se le hace un giro desdeñoso a la vida y se comienza a cavar la propia fosa (y nunca mejor dicho).

Encuentro a gente de mi edad que no quiere gastar los ahorros de toda una vida “por si pasa algo…” ¡Pues claro que va a pasar, a ver si vamos a negar la única verdad incontestable de esta vida que no es otra que la muerte! Aquí están las hormigas afanosas de la fábula guardando sus miguitas de pan o las cigarras arrepentidas que quieren vivir muchísimos años aunque ya no puedan ni cantar ni bailar. Vivir, aferrarse a la vida, en las condiciones que sea.

Lamento si alguien se va a ver identificado con lo que voy a decir, pero tenemos a la vista a una gran cantidad de ancianos (los llamo así a partir de los ochenta y cinco años, y soy generosa) que ya no quieren moverse de casa, se aferran a las zapatillas y a la bata y deciden libremente encerrarse entre sus cuatro paredes a esperar el último capítulo de la obra de su vida. De esa manera, imagino que piensan, reducen el riesgo de sufrir un accidente, alargan su “vida” y de paso no gastan ni un duro.

Mi madre fue de esas personas; estuvo DOCE AÑOS sin pisar la calle más que para hacerse alguna analítica en el ambulatorio y exigía (y conseguía) que el médico de cabecera la visitara a domicilio. Era pura comodidad, no tenía ninguna enfermedad, ni patología que le impidiera caminar y valerse por sí misma aunque fuera con cierta dificultad. Al cabo de los años, por no mover el esqueleto, empezó a desarrollar todos los síntomas del anquilosamiento óseo, muscular…y mental. Habiendo sido una “hormiga” durante toda su vida, decidió que ya había llegado el momento de “gastar alegremente”… cual cigarra, pagar una cuidadora interna y morir tal y como había vivido: haciendo lo que le venía en gana. Falleció a los noventa y dos años con la mente y el cuerpo consumidos.

Me gustan más las cigarras que las hormigas, me parecen más alegres y simpáticas. Igual tienen menos fundamento que la hormiga trabajadora y ahorradora hasta que le pisotean el hormiguero, pero no sé yo si la vida vale la pena vivirla desde la trastienda, procurándose el “disfrute” de saber que hay dinero guardado…y olvidando que los sudarios no tienen bolsillos.

Como decía no sé qué filósofo: “Si al morir te sobra dinero es que has calculado mal”.

Ánimo y a gastar, que son dos días y se mueve la economía y el corazón pega saltos de alegría.

Felices los felices.

LaAlquimista

Te invito a visitar mi página en Facebook.

https://www.facebook.com/apartirdelos50/

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

 

 

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


julio 2023
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31