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Cecilia Casado

A partir de los 50

“COSAS DE MUJERES”

ART FOR GAZA.- Subasta/donación de artistas internacionales.  * “SISTERHOOD” (2023) Amanda Arrou-tea – Artist & muralist (amandaarroutea.com)

https://m.charityauctionstoday.com/m/auctions/Art-for-Gaza-40027/items/lot6originalartworkbym

Este es el eufemismo por antonomasia para englobar en un “cajón desastre” todas las vicisitudes que nos ocurren a las mujeres a lo largo de nuestro paso por este mundo, abarcando los temas de salud, maternidad y especificidad de género. Y como no podía ser de otra manera, es un tema TABÚ.

Desde que era niña supe que todo lo relacionado con mi propio cuerpo estaba envuelto en un velo de pudor cercano a la vergüenza e incluso de rechazo al mismo. Ya con once años supe casi por sorpresa de los cambios que me avasallarían puesto que la información a mi alcance era mínima tirando a ridícula: las estupideces maternas alrededor del jardín con flores que fecunda el hombre y los lirios virginales que había que preservar socialmente me dejaban medio estupefacta, medio cabreada. No había educación sexual en los colegios (exclusivamente femeninos) más allá de la burla, el escarnio y la picardía malintencionada hacia el propio cuerpo.

Y así pasó y arrasó la vida por mi cuerpo de mujer. Así salté al campo de batalla del sexo, con dolorosos o tristes revolcones hasta llegar a plantearme ciertos placeres que nunca fueron explicitados en mis relaciones con los hombres. Así llegué a la maternidad con ansia de aprendiza ilusionada previo pago de los derechos sociales y matrimoniales al uso. Así fui comiéndome la vida luchando para que la vida no me devorara a mí.

Un día, cuando ya creía que había visto de casi todo, mi propio cuerpo me deparó una gran sorpresa. Y además muy poco amable.

De la noche a la mañana descubrí un cambio bestial, atroz, invasivo.

Acudí al médico como alma que lleva al diablo y me pusieron una etiqueta de esas que hay que mirar en google para saber lo que es. Otro “palabro” médico desconocido, otra pejiguera femenina de la que nadie me había avisado que podría ocurrirme por el hecho de haber gestado hijos en mi útero.

El útero, la matriz. De donde viene todo: el origen del mundo, la palabra madre, el refugio al que nunca se puede volver.

Se le llama prolapso uterino y consiste en que el útero se descuelga y se empieza a caer para acabar saliendo por la vagina, como un alien; exactamente así. HORRIBLE.

Y al parecer, ABSOLUTAMENTE HABITUAL en mujeres que han tenido hijos cuando llegan a cierta edad. El porcentaje es abrumador (ahora lo sé). No hace falta tener un mioma o un tumor (afortunadamente), tan sólo dejar que la ley de la gravedad haga su efecto.

¿Por qué nadie me avisó de que podía pasarme esto? ¿Por qué mi madre no me previno de las consecuencias de la gestación de un hijo? ¿Por qué no había yo escuchado hablar –o leído con naturalidad- de este terrible efecto secundario?

Son cosas de mujeres”, eso dicen los hombres, y nosotras lo asumimos con una naturalidad que clama al cielo.

Al empezarlo a contar, al participar a las mujeres de mi entorno de lo que me ocurría, empecé a conocer una realidad paralela que no podía ni imaginar. ¡A muchas de ellas les han quitado el útero! ¡Dicen que las “han vaciado” por problemas de salud! ¡O a sus madres en los setenta u ochenta! ¡O cuando tuvieron el tercer hijo! ¡Mujeres sin útero “ocultando su desgracia”! Me ha costado calmarme y asimilarlo.

Supe que hablaría de ello, que me pondría por montera el pudor inducido, que compartiría para (quizás) ayudar a alguna mujer que, asustada –como no puede ser de otra manera-, ve cómo su cuerpo se descuelga interiormente sin que nadie le haya preparado para ello.

La intervención tiene nombre: HISTERECTOMÍA. Y puede ser más o menos extensiva a cuello uterino-vaginal, trompas de Falopio y ovarios. Una avería de mil pares de narices. Con anestesia general o epidural y sedación. (Como ha sido mi caso) Una noche en el hospital y a recuperarte en casa, que es donde mejor se está cuando te duele todo el cuerpo y parte del alma.

Lo dicho. Otro tema tabú que nos comemos con patatas las mujeres. Los hombres –seguramente- también se comerán lo suyo.

Felices los felices…malgré tout.

LaAlquimista

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** Óleo donación de Amanda Arrou-tea – Artist & muralist (amandaarroutea.com)

 

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


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