“He rescatado del archivo correspondiente el post que publiqué en el año 2012 y vamos a reírnos, que es gratis.
Deseos para el año 2013
“Deseo ser justa conmigo misma, no castigándome en exceso ni premiándome cuando no me lo merezco.
– Que no me huya el respeto a mi propia dignidad.
– Que mis oídos escuchen lo que me tengo que decir.
– Que mis ojos vean lo que necesito ver.
– Que mis manos no se cansen de acariciar.
– Que mi boca aprecie los dones recibidos.
– Deseo que mi cuerpo siga hablando con mi mente
– Que mi mente esté atenta a las llamadas de mi espíritu
– Que mi espíritu haga buenas migas con mi cuerpo
– Que no se vayan antes que yo mis seres amados
– Que el dolor que me llegue no se convierta en sufrimiento
– Que la luz que brilla en mi interior se transforme y no se apague nunca.”,-
Pues tal parece que hace doce años estaba yo en fase “autoayuda” y con serios ramalazos de espiritualidad –seguramente mal entendida-, porque después de dos lustros largos vividos, sufridos y digeridos, ahora mismo no sé si tengo por dónde meterles mano a aquellos propósitos trasnochados.
Quizás es que el devenir del mundo mundial me ha obligado a desarrollar ingentes cantidades de cinismo, desencanto y decepción, en el ser humano en general y en los que gobiernan el planeta en particular. Como si fueran erupciones cutáneas alérgicas e irremediables. Guerras, genocidios, brutalidades sin cuento tan solo para satisfacer el narcisismo de unos cuantos “líderes supremos” a los que se les ha ido la olla por completo y que la Historia juzgará y pondrá en su sitio cuando ya sea demasiado tarde.
Ahora mismo pensar en hacer una lista de deseos para 2025 –y mira que me gustan las listas- me parece casi una pérdida de tiempo porque, ¿qué son los deseos sino una proyección inane de nuestra mente? ¿De qué sirve desear si ya sabemos que todo depende de factores que están matemáticamente fuera del alcance de nuestra voluntad?
Cuando brindemos la noche del 31 de Diciembre estaremos deseándonos entre nosotros mucha salud –y caerán a lo largo del año amigos, familiares e incluso nosotros mismos en las fauces de la enfermedad y quién sabe si no también en las de la Parca. Cuando deseemos mucho AMOR ni sabemos de qué hablamos porque seguirán muriendo asesinadas muchas mujeres en nombre de ese “noble” sentimiento. Y en cuanto al “dinerito” pues a cruzar los dedos para que podamos pagar los impuestos, tasas y contribuciones que nos desangrarán sin anestesia a lo largo del año y según les pete a esos humanos que pegan gritos en la carrera de San Jerónimo y sus homónimos de provincias.
Total; que lo mismo me da que me da lo mismo. Cada cual buscará sus boyas de flotación o se agarrará a los restos de cualquier naufragio que le pille cerca. Mi único deseo –ya por pedir- sería que se cumplieran los deseos de Los Sirex, en aquella canción de los años 60 que decía: “Que se mueran los feos”, pero cambiando “feos” por “malos”. No estaría mal.
Los Sirex – Que Se Mueran los Feos
Y como decía el Maestro al Pequeño Saltamontes:
-“¿Vivir? Es fácil si lo haces fácil y difícil si lo haces difícil.
Felices los felices. Hale, y Urte Berri On!
LaAlquimista
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