“Los perros no sabemos de calendarios ni de relojes; el paso del tiempo se mide por el crujir de tripas –tengo hambre, es hora de comer-, y la somnolencia que nos obliga a buscar el mejor acomodo donde cerrar los ojos. Mi lugar ideal de descanso es un regazo humano que me quiera y ahí soy capaz de quedarme durante horas sin que se me mueva ni una pestaña. Pero hoy el cielo se ha llenado de horrendos estruendos, como pájaros de fuego que iban y venían a gran velocidad, volviendo loco a todo bicho viviente que se movía. Eran aviones –ya sé lo que son aviones que veo películas- y la supuesta gracia estaba en una exhibición aérea de todos los modelos de trastos de hierro que son capaces de volar. El cielo, el mar, el aire, las playas…TODO se ha visto invadido por el ruido, el pestazo del combustible y las sombras fugaces de los cazas con nombres en inglés. Le llaman espectáculo de acrobacias aéreas.

Aquí al lado vive Alisa –nombre ficticio- que huyó de Jàrkov, su ciudad natal en Ucrania, cuando los aviones rusos la atacaron. Huyó para salvar la vida, junto con su familia, y desde entonces vive en la ciudad catalana que ayer escenificó en el cielo la peor de sus pesadillas revividas. Entró en pánico y tuvo un ataque de ansiedad y supongo que como a ella le ocurriría a cualquier refugiado de un país en guerra que se encuentra a los mismos aviones convertidos en asesinos jugando a exhibirse. Las gaviotas se volvieron locas escapando del litoral y buscando refugio tierra adentro. No se vio ningún pájaro en kilómetros a la redonda y el olor a gasolina quemada ha durado toda la noche. Supongo que los peces dentro del mar también padecerían lo suyo.

Dicen que mañana, más. Es un festival para que alguien venda algo y otro alguien lo compre. https://www.diaridetarragona.com/…/festa-cel-2025-ver…

Yo solo sé que mis tímpanos estuvieron sufriendo durante horas. Imagino que los de mi amiga Alina y su corazón, también.

Nuestro plan familiar consistió en celebrar el cumpleaños de Cecilia “en diferido” yendo a nuestro restaurante favorito de siempre, donde Pere nos cuida como a reinas y a mí me deja estar dentro de mi bolso de paseo porque ya sabe que no ladro ni molesto, aunque si se descuidan asomo mi hocico sobre la mesa a ver si pillo algo rico. Esta vez había una paella –que es como se le llama al recipiente- con fideuá que no es que me guste demasiado por el alioli que no puedo tomar, pero ¡cómo olían las gambas! Al final me tuve que conformar con pasar envidia, pero Amanda y Cecilia estuvieron felices “moviendo el bigote” y relamiéndose. https://www.alpunt.com/ca/

Luego me cansé mucho venga a pasear por el puerto entre yates y catamaranes y con miedo de que me subieran a alguno, que a mí me gusta tocar tierra con mis patitas y al final me metí en mi bolsa de paseo porque se me cerraban las persianas. No recuerdo cómo volvimos a casa –imagino que en coche, como siempre- pero esta mañana me he despertado con ganas de chufla y al salir a la terraza me he dado un resbalón porque está lloviendo a cántaros. ¡Qué bien! Mis “humanas” no se irán a la playa y se quedarán conmigo o me llevarán con ellas a algún sitio donde admitan perrillos como yo. Mi vida es una lucha constante contra eso que se llama el “derecho de admisión”, vamos que no me dejan entrar a muchos sitios, igual es porque se piensan que tengo pulgas o voy a mojar sus paredes o ponerme a ladrar como loca. Por cierto, que anda que no veo yo cachorros humanos –eso que se llama “niños”- pegando alaridos, montando bronca, correteando y dando la vara a todo el mundo y no les prohíben entrar a ningún sitio. Qué mal distribuido está el mundo: unos tanto y otros tan poco.

En fin. Que se acaba el verano y ya he visto que Amanda ha metido todas mis cosas en su maleta… ¿será que es hoy cuando me voy con ella…? Iba a decir que me dará un poco de pena cuando le dejemos a Cecilia, pero mi instinto perruno me dice que va a estar feliz y que cuando nos vayamos gritará eso de: “¡Al fin sola!”. No quiero ser desagradecida, pero mi sitio está donde esté mi familia adoptiva. Siempre.

Felices los felices, que no sé qué significa pero debe ser algo que motiva a los humanos.

Besos y lametones de Gaia Lupita.”

LaAlquimista

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