Cuando las flores se llenan de lluvia
Antes de que te des cuenta te estaré besando. Creerás que es un soplo de brisa que te acaricia el rostro o unas alas de mariposa que vuelan demasiado cerca. Puede que sonrías y mantengas los ojos cerrados como una pequeña ofrenda vulnerable que se entrega al sonar las campanas. O acaso sientas una nostalgia infinita que te haga temblar bajo el alero de tus pestañas húmedas, un trémolo emocionado del latir de tu corazón.
Será una noche de éstas, no sé cuál todavía, pero esperaré a que la luna me envíe la señal inequívoca de que tú estás esperando mi beso, ese pequeño estremecimiento que sólo yo puedo percibir y del que sólo tú te apercibirás… si estás a la distancia adecuada, es decir, demasiado cerca.
Sin palabras apenas, porque ya nos las sabemos todas; viejas conocidas de promesas y perdones, amigas nostálgicas que no deberían volver a la boca sino quedarse entre las miasmas de la cara oculta del corazón. Porque el verbo quedó viejo y en desuso, cansado de soportar el peso del silencio que tanto daño nos hizo. Ahora, mis labios se abrirán en un gesto mudo, en un beso que querrá decírtelo todo. Una vez más.
Será sin que te des cuenta, mientras paseamos sin tocarnos las manos con el alma mirando hacia el cielo estrellado. Tiene que ser así, de noche y con la tierra compartiendo humedades, así lo sueño ahora y lo veo tan diáfano…
Será una noche de éstas, cuando las flores se llenen de lluvia.
LaAlquimista
**Este post podría servir para compartir besos y flores bajo la lluvia. Dedicado a nadie y a todos. Los que amamos.