A poco que se haya visto algún documental de los de La2, ya sabemos de qué va el tema cuando nos vemos involucrados en una circunstancia que rompe los esquemas rutinarios o amenaza con saltar por los aires la dichosa “zona de confort”.
Pasa lo mismo con los viajes para visitar a la familia; que o te adaptas al ritmo que llevan ellos o cambias el billete de vuelta y te conviertes en bomba de humo. Así las cosas, es maravilloso ver cómo todas, absolutamente todas las enseñanzas que les quisimos meter en vena a nuestros vástagos, al cabo de pocas décadas, no son más que un recuerdo nostálgico que no sirve para mucho más que para una conversación de sobremesa.
Ellos lo harán a su manera, cometerán sus propios errores, se “ajuntarán” con “quiméricos inquilinos” –como diría Roland Topor, el enigmático escritor surrealista- y promulgarán una personal e inamovible “Constitución Doméstica” con normas, reglas y obligaciones que más vale no cuestionar ni en sueños y acatar moviendo la cabeza como aquellos perrillos de juguete que miles de conductores pusieron en la bandeja trasera de sus coches hace unos lustros en una demostración sin igual de cutrez y mal gusto.
Así que ya estoy terminando la “segunda tanda” de “convivencia con mis Hijas & Co., -la primera en Diciembre, la segunda en Febrero- con la lección bastante bien aprendida y el examen aprobado –no sé si por los pelos o con nota alta- hasta la próxima.
Horarios que no son los míos, comidas poco habituales para mi estómago y paladar, músicas y silencios con su propio ritmo o a destiempo, planes “atómicos” rodeada de “niños haciendo de niños”, jolgorios inusitados y, sobre todo, dormir demasiado poco o demasiado mucho, pasar demasiado calor o demasiado frío y observar lo más calladamente posible cómo viven felices y contentas las dos criaturas que traje a este mundo para que fueran libres y se quejaran de la madre que las parió, derecho inalienable de toda hija que se precie.
La adaptación al medio tiene sus ventajas… siempre que no tenga que ser definitiva, que una ya está muy mayor para ciertos achuchones vitales.
Lo dicho: felices las felices cada quien a su manera y yo más por haber sido acogida en su seno con mucho amor.
LaAlquimista
Te invito a visitar mi página en Facebook.
https://www.facebook.com/apartirdelos50/
Por si alguien desea contactar:
apartirdeloscincuenta@gmail.com