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Cecilia Casado

A partir de los 50

Resumen del año que termina

 

No, no se me ha ido la pinza ni he patinado sobre el calendario, lo que ocurre es que hoy es doce de Septiembre y es el día en que servidora se toma “las uvas” cerrando el último racimo de doce meses. Mis balances suelen ser rapiditos y sin auditoria externa; procuro que la cuenta de Pérdidas y Ganancias esté a mi favor en lo emocional y si me sobra “algo” lo anoto sin dudarlo en la partida de “Fondo de Reserva”, para cuando me den los bajones y sienta que la vida no es tan “belle” como suelo desear.

 En estos últimos doce meses he superado mi propio Plan de Gestión; ya imaginaba que tendría que luchar puesto que, inmersa la sociedad en esta terrible crisis de valores, seguir a flote en lo afectivo, mantener el equilibrio en lo emocional y, sobre todo, empeñarme en ver el vaso medio lleno a pesar de la estulticia circundante, no iba a ser un paseo por las nubes.

 La prueba más dura que he tenido que afrontar en estos últimos doce meses ha sido la lejanía física de mi hija mayor; un salto en la geografía laboral que la llevó a México donde –noblesse oblige- ella también es feliz como una lombriz. Pensé que, en vez de condolerme por la ausencia, podría hacer turismo visitándola y así me paseé un mes largo por tierras aztecas llenando de besos sus rincones para cuando le hicieran falta. En este último año también he puesto al día mi conocimiento de la lengua de Molière; Bordeaux ha sido mi otro txoko en un balanceo amoroso con mi hija pequeña. ¡Cuánto viaje placentero y lleno de amor!

 Estos últimos doce meses he intentado muchas cosas nuevas y he insistido en algunas cosas viejas, en un día a día libre de rutina fastidiosa o aburrida; me he “dado caña” en lo mental y emocional intentando encontrar un equilibrio con lo físico y lo espiritual. (Por lo menos una vez a la semana.)

Asistí a conferencias y saraos intelectuales varios en un intento de “cultivar” mis racimos de neuronas en activo. Leí muchísimos libros y escribí muchísimos post para los blogs de mis entretelas. Visioné docenas de películas y asistí a algunas obras de teatro. Pocos conciertos –por lo caro y mis limitaciones- y menos comidas y cenas con los amigos. Un par de viajecillos por aquí y por allá y mis estancias inevitables en alguna “casita de chocolate del bosque” para oxigenarme. Siempre he tenido que claro que los sudarios no tienen bolsillos…

 He dejado lo más importante para el final. Lo más importante de estos últimos doce meses que terminan y empiezan de nuevo en el día de hoy, ha sido todo lo que he des-aprendido.

 Mi interés se ha mantenido en ir quitándome capas de prejuicios y desprendiéndome de ideas erróneas; falacias que me hacían daño, errores elevados a la categoría de “normas”. ¿Qué es lo que está bien o lo que está mal? ¿Lo que me dicen “los demás” o lo que yo siento en mi interior?

 Con mi martillo rompe/prejuicios en ristre me he propinado no pocos golpes en mitad de la mente y algunos de refilón en el alma. He des-aprendido viejas lecciones enquistadas y me he sentido más ligera. Las cosas no son siempre como nos han dicho que tienen que ser sino…!como nosotros seamos capaces de verlas y entenderlas!

 Así que, con la salud puesta en un altar con palitos de incienso, cruzando los dedos para que el día cinco de cada mes entre en mi vida –vía cuenta corriente- el sueldo de mi pre-jubilación, no me queda más obligación que dedicarme a lo que verdaderamente me gusta: compartirme con el mundo y sentir que el mundo se comparte conmigo.

 El mundo, la buena gente con corazón limpio. La buena gente que ha ido colándose disimuladamente por la ventana de este corazón virtual hasta la cocina donde todos estamos filosofando en zapatillas. Aprendiendo a limpiar “mi casa interior” cada vez que meto la pata y cometo un nuevo error; des-aprendiendo que existe la culpa y el pecado.

 Hoy lo tengo todo a mi favor: hasta las ganas de vivir. ¡Brindo por vosotros!

 La vie est belle!

 LaAlquimista

 Por si alguien desea contactar:

Laalquimista99@hotmail.com

 * Foto: Amanda Arruti “Una ventana en Paris”

 

 

 

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


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