!Agur, Elur! | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

!Agur, Elur!

 

Ayer te llevé a un sitio precioso, en plena naturaleza y me despedí de ti dejándote en manos amorosas durante un par de semanas. Te sujetaba entre mis brazos y quería hacerte comprender que no te abandonaba, sino que íbamos a separarnos temporalmente por necesidades del guión. Si ya sé que lo llevas fatal, que tienes una dependencia afectiva de mi persona que raya en lo exagerado, que si desaparezco de tu campo visual durante un minuto se te levantan las orejas y presientes un cataclismo en tu vida…

 Te expliqué por qué me iba y adónde iba; te dije que volvería antes de que comenzaran a caer las hojas y brotar el frío y te susurré unas cuantas bonitas palabras adornadas con arrumacos. Pero tú parecías no hacerme mucho caso y querías saltar de mi regazo para perseguir a una mosca que se había cruzado en tu camino visual. Viste que, en el nuevo entorno, junto a una hermosa chimenea y bajo unas viejas vigas elegantes, había colocado tu camita y que, tu mantita de dormir, reposaba ahora en un rincón desconocido para ti. Pero no me dijiste nada, ni siquiera un pequeño gañido ni gruñidito de protesta, como si estuvieras de acuerdo con el cambio de decorado.

 Más tarde, al caer la noche, te deposité en los brazos de una buena amiga que ya te estaba queriendo y allí te quedaste, tranquilo, mirándome con ojos contentos y dispuesto a la aventura. Cuando me fui en el coche sin llevarte conmigo levantaste la cabeza y seguiste las luces de la matrícula hasta la primera curva. Luego, acompasaste tu vida a los latidos del corazón que escuchabas.

 Yo te hubiera llevado conmigo, te lo prometo, pero la normativa aérea determina que si quieres volar no puedes hacerlo cómodamente entre mis brazos, sino encerrado en una jaula en el fondo de un sitio oscuro y tenebroso. Yo te hubiera llevado conmigo, pero no hay hoteles en la gran ciudad a la que viajo donde acepten perrillos blancos y pacíficos como tú. Tampoco podrías entrar en ningún museo –que sabes que tanto me gustan- ni visitar monumentos, ni viejas iglesias ni mucho menos acompañarme en los divinos itinerarios gastronómicos que me esperan.

 Es muy duro en este tiempo de hoy ser perrillo blanco y tranquilo; los perros grandes y feos te miran con desdén y no permiten que te acerques a husmear su territorio. No tienes más vida que la que yo puedo darte protegiéndote de un entorno que cada vez se vuelve más hostil, tanto para ti como para mí.

 Nos queda la huída hacia delante, ya lo sabes. Marcharnos al campo, al monte, al pueblo, allá donde no existan normas excluyentes para los perrillos blancos y pacíficos. Pero, de vez en cuando, ya sabes que tengo que irme con mi cuerpo a cuestas aunque te deje un trocito pequeño de corazón. Y cuando vuelva a buscarte, no espero que caracolees ante mi presencia como si nada hubiera pasado, no. Te dejo el derecho inalienable a expresarme tu enfado por el aparente abandono mostrándome la grupa y tu indiferencia. Pero como sé que eres un perrillo bueno y guapo se te va a olvidar enseguida y volverás a quererme como siempre…

 Mi Elurtxito guapo!!!

 En fin.

 LaAlquimista

 Por si alguien desea contactar:

Laalquimista99@hotmail.com

 Foto: Amanda Arruti “Elur”

 

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


septiembre 2012
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930