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Cecilia Casado

A partir de los 50

Tres años de blog

 

Si mi admirado Frédéric Beigbeder tiene razón en su tesis/novela “El amor dura tres años”, hoy debería escribir el último post de este blog de mis entretelas. Serían –con el de hoy- 840 artículos escritos desde lo profundo –como sucede en el amor- y que han ido diluyéndose en el tiempo, acompañados de la ilusión, la esperanza y el deseo de ayudar. Como también a veces sucede en el amor.

 Siento en mi interior que ha sido un “amor incondicional” porque, no esperando nada a cambio, que bien podría haberlo esperado, he recibido mucho más de lo tan siquiera imaginado.

 La primera pregunta que me suelen hacer quienes me siguen la pista es si me pagan por escribir, y no me queda más remedio que confesarles la verdad. Una verdad que no siempre es bien recibida, pero que no admite amaños ni maquillajes. No. No me pagan absolutamente nada. La segunda pregunta, obviamente, es de manual. “Entonces, ¿por qué lo haces?”

 Este es el momento de lanzarme a la perorata de que las cosas mejores y más gratificantes de la vida suelen ser gratuitas, sin dispendio dinerario por nuestra parte, como el disfrute de la naturaleza o una buena tarde de amor. Quien me quiere me “regala” sonrisas y abrazos, me cuida sin yo pedirlo, me envía bendiciones todas las noches antes de acostarse y movemos entre todos la suficiente energía positiva como para encarar los problemas de la vida y lanzar nuestro pequeño grito de guerra: “La vie est belle!”

 Así que yo también me siento con la emoción de contribuir de alguna manera a esa “cadena de favores” que anda danzando por el Universo y que a veces –muchas veces- aterriza cerca de donde yo ando paseando.

 El blog me ha brindado oportunidades y me ha ayudado a crearlas. Me ha servido de válvula de escape emocional, como si de una terapia psicológica de “puertas abiertas” fuera y ha animado a otros a sentir el deseo de destaparse emocionalmente. He conocido a nuevas personas-humanas que se han convertido en mis nuevos amigos y que me han aceptado en su círculo vital.

He tenido una palestra virtual para protestar, patalear, llorar, contar, aliviarme y compartir mi pequeña “filosofía en zapatillas” que, a la postre, es uno de los puntales de mi estabilidad interior. Eso y el convencimiento de que cada vez menos cosas son importantes para ser feliz (o quizás debería decir que cada vez menos cosas “me importan” para lograrlo).

 Que me paren por la calle o me reconozcan en un bar me da alegría y me acaricia la autoestima. Que mi familia de origen se haya enconado conmigo por algunas cosas que he escrito me reafirma en que lo he hecho bien… o que, simplemente, me querían mucho menos de lo que yo pensaba.

 A mí no me cuesta escribir ni me tengo que romper la cabeza buscando temas para desarrollar cada mañana. Es algo que fluye desde dentro de mí; igual es éste el “don” que me ha tocado en el reparto de dones –porque todos tenemos uno, qué duda cabe- y siendo consciente de ello, disfruto pudiéndolo desarrollar y compartir.

 A veces estoy fina y otras pego patinazos. Normal. Eso depende casi siempre de cómo haya descansado la noche anterior y si he podido agasajar a la luna llena como se merece, pero en todas mis letras sigo diciendo lo que siento, de la manera que mejor me parece decirlo y sin coacción de ningún tipo. Es otro espacio de libertad al que tengo acceso y soy consciente del privilegio.

 Para celebrar este tercer aniversario –y como no podía ser de otra manera- me voy de viaje unos cuantos días. Con el equipaje cada vez más reducido, pero con el corazón lleno de ilusiones y paz. Y sin  conexión a Internet.

 Gracias a todos los lectores que hacéis posible que yo esté aquí y MUY especialmente a ese grupo de locos incondicionales que comentan cotidianamente, acuden a los tea-parties y se alegran cuando estoy contenta y se entristecen cuando mi corazón sufre.

 Con toda mi gratitud y cariño a:

 Adriana, Ainhoa, Anned, Atenea, Imanol, IñakiBidasoa, JoseRa, Joxepa, Maite-Juana, Mara, Margi, Marina, Mariposa, Mirenn, Nek Ane, Paki, Patxipe, Tara, Xiribita y Yurre. Y a mi hermana Belén que lo comparte todo desde el blog de al lado.

 

Sed felices, que yo también estoy en ello. Brindo por todos vosotros.

 Por fin.

 LaAlquimista

(Hasta la vuelta…)

 

Por si alguien desea contactar:

Laalquimista99@hotmail.com

 

 

 

 

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


octubre 2012
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