Ayer fue un día fatídico, uno de esos días en los que te preguntas varias veces porqué no te habrás quedado en la cama o por lo menos encerrada en casa y con el ADSL arrancado de su sitio. Porque para ver el mundo no hace falta asomar la nariz por la puerta, con Internet y las redes (excepto Twitter) tenemos más que suficiente.
Pues resulta que estaba yo tranquilamente tomándome mi té, picando de un plato con fruta de temporada troceada, mirando al mar en lontananza y sintiendo que podía ser un día magnífico cuando me llama una amiga al fijo (el móvil no lo conecto hasta después de la ducha, una tiene que estar espabilada para lo que pueda ocurrir), sofocada, acelerada, preocupada. –Oye, que no puedo entrar a tu blog, me salpica, que me dice el sistema que es una página pornográfica…
– Mmm… ¿cómo? ¿qué? – atragantado ya el desayuno corro desmelenada a mi ‘sala de máquinas’ y accedo (a la red) por la misma puerta por la que, media hora antes, he entrado para dejar mi post diario. –Oye, guapa, ¿tú desde qué ordenador estás intentando entrar? le pregunto pelín cabreada (el desayuno es para mi importantísimo), -pues de cuál va a ser, del del ‘curro’…
Con esto de la crisis, ya que no hay trabajo que hacer, parece ser que se han instalado en muchas empresas filtros de acceso a Internet para que el personal no pase sus horas muertas visitando cochinadas y la palabra CULO hace saltar las alarmas. (Más tarde fui a mi biblioteca favorita, me conecté desde un PC público a Internet y, efectivamente, no se podía comentar en el blog por culpa de la dichosa palabreja -Camilo José Cela revolvíéndose en su tumba, supongo-.)
Obviamente el resto del día fue un sinvivir; no podía quitarme de la cabeza la sensación de impotencia, de cerco abusador, sentía como una especie de fisura en mi cuerpo por la que se escapaba –irremediablemente- la poca libertad que me quedaba, que nos va quedando, que nos van dejando, que poco a poco nos irán quitando.
Luego leí que los Sarkozy ‘tienen muchos arrebatos sexuales’ y hacen esperar a las visitas. Ellos pueden follar y yo no puedo escribir ‘culo’.Y ya se me amargó el día por completo…
En fin.
LaAlquimista