La pequeña valentía de ser una misma | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

La pequeña valentía de ser una misma

A veces meto la pata de manera tan escandalosa que luego no acierto a comprender en qué estaba yo pensando para despistarme de esa manera. Son errores tontos –afortunadamente- pero, de tan sencillos, se me escapan.

Estoy escribiendo esto mientras recuerdo las últimas semanas que he pasado en México, en el viaje de acompañamiento a mi hija mayor hacia su nuevo destino vital.

El caso es que allí, en Yucatán, donde viven, hace mucho calor. Pero mucho, mucho, sobre todo por la humedad relativa del aire que de relativa no tiene nada porque alcanza el 80% día y noche. Y para paliarla bien están ventiladores y abanicos, ropa ligera y bebidas refrescantes y a nadie se le ocurriría ponerse una bufanda al cuello o un chal sobre la espalda… que es precisamente la función que cumple mi larga melena. Y como no podía con ello, pues anduve todo el día con el pelo recogido de cualquier manera.

Error, craso error. Porque me miraba de refilón en algún espejo y no me reconocía de esa guisa, no era la de siempre, con el cabello cayéndome aquí y allá en desorden ordenado –o lo que se llama un “despeinado” bonito-, sino que aparecía la imagen de una señora “adulta mayor” que me miraba con cara rara, como diciendo, “¿ves?, ésta también eres tú, te guste o no te guste”.

Todos tenemos alguna seña de identidad externa a la que nos aferramos con una necesidad a menudo exagerada. Nos decimos que es porque nos sentimos así mejor con nosotros mismos, pero en el fondo –supongo- es porque no tenemos la suficiente personalidad como para aceptarnos desde dentro o…qué sé yo.

Pasa con los hombres que llevan barba o las mujeres que se tiñen el cabello de un color imposible. Con el pelo largo y con el pelo muy corto, con quien fuma en pipa o siempre lleva las uñas de los pies a juego con la sombra de ojos. La forma de vestir, el “estilo” que cada quien elige como algo personal –aunque se acabe comprando la ropa en la misma cadena de establecimientos-. Los hay que fuman y los hay que mascan chicle; otros sólo beben agua mineral con gas de marca…

Yo llevo el pelo muy largo. Creo que empecé a no cortármelo como protesta hacia la imposición materna de cortarlo “para que crezca más fuerte” y yo decía: “¡Pero si no dejas que me crezca, qué fuerte ni qué fuerte…!” y un buen día decidí que lo dejaría libre, a su aire, con su fuerza o su ausencia de fuerza, rizado o liso, como el cabello quisiera salir de sus raíces, sin forzarlo a ser lo que no era, dejándolo libre, como yo también quería ser. Por cierto que esto de cortar algo para que se fortalezca también se aplica –desgraciadamente- a los afectos y cuando a uno le cercenan el cariño sale del interior una fuerza que lo mismo te puede llevar a odiar al mundo como a volcarse en apegos dependientes.

Han pasado los lustros y seguimos viviendo –mi melena y yo- en libertad, aunque a veces nos enredemos en historias que nos tapan los ojos y complican el trabajo del peine, pero… ¡siempre vale la pena!

Cometí el error de dejar de ser yo misma por no pasar calor; reprimí la libertad de mis cabellos por una pretendida comodidad que, mirándome en las fotos que me sacaron, me muestran a una mujer que no soy yo. Me vi distinta, poco agraciada y extraña aunque llevara la sonrisa bajo el sombrero y he dejado constancia de la sombra que habita en mí cuando no me permito ser yo misma.

Espero haber aprendido la lección y no volver a cometer este error. Aunque me muera de calor tengo que ser siempre yo misma porque me queda demostrado que la “comodidad” ante las circunstancias me trae más quebrantos que alegrías…

En fin.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

Amanda Arruti. Serie “Fragile”

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


noviembre 2013
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
252627282930