El "gracioso" del rayo láser | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

El “gracioso” del rayo láser

 

Cuando era joven me juré a mí misma que, si llegaba a envejecer, jamás me convertiría en una mujer quejicosa, protestona y refunfuñona. Y la verdad, me doy cuenta de que mis niveles de tolerancia ante la estulticia (estupidez vulgar y corriente) han ido reduciéndose con el paso de los años de una manera alarmante. Me lo he hecho mirar, que conste, y me han dicho que no hay nada que hacer; que viene a ser algo así como “hormonal”, vamos que no se va ni con agua caliente.

Recuerdo a mi aitona Martin, paseándome los domingos por la mañana y abroncando a los chavales que jugaban a pelota en la trasera de la iglesia de San Ignacio y la vergüenza –ajena- que me atacaba, como si la culpa fuera mía, digo, de tener un abuelo tiquismiquis y fiel cumplidor de cuanta norma, regla o ley apareciera en su campo de acción.

Luego me hice mayor y empecé a tragar con carros y carretas ajenos además de con los que me habían tocado en el reparto en este “valle de lágrimas”; aguanté comportamientos incívicos de mis vecinos y colegas. Tuve que tragarme sapos y culebras viendo a ciudadanos aparentemente normales haciendo cosas extrañísimas, tales como arrancar plantas, flores y esquejes de jardines públicos o tener que sentarme en bancos públicos embarrados porque hay gente que si no se sienta en el respaldo y apoya las patazas en el asiento parece que no descansa. Eso sin contar –hoy todavía- a los niñatos y niñatas que, yendo en el autobús, colocan sus zarpas inferiores en el asiento de enfrente a la espera de que venga la típica viejecita y pida perdón por existir…y por molestar.

Suelo utilizar en estos casos mi “mirada especial hiperhuracanada”, que es algo así como fulminantemente incriminatoria y no suele fallar casi nunca. Por la boca no digo nada que una no está ya para peleas dialécticas con gente maleducada y tiene miedo a que le den un guantazo en plena calle, que todo puede ser.

Pero con el “gracioso” del rayo láser no sé qué hacer, de verdad. Porque actúa en la lejanía y con mucha nocturnidad y alevosía. Me explico. Yo vivo en un piso muy alto; es decir, que veo y me ven. Vamos que las luces de mi casa podrían servir de faro hipotético a perdidos ciudadanos en la noche procelosa. Bueno, pues hay alguien –porque no puede ser “algo”- que enfoca desde su ventana hacia mi salón un rayo láser muy potente de color verde que me obliga a bajar la persiana a toda pastilla si no quiero que me enceguezca mis bonitos ojos verdes.

¿Quién puede ser tan absurdamente juguetón que no sé dé cuenta del perjuicio que puede ocasionar?

Sí, ya sé que está la Guardia Municipal y esas cosas, pero no me apetece, de verdad, me da cansancio sólo de empezar a quejarme por estas cosas, como la señora ésa que no soportaba a la pianista enfebrecida, no sé, yo soy como más de sacarme las castañas del fuego yo solita, es un decir, a mi edad, pero vamos que le tengo echado el ojo al del rayo láser y cualquier día de estos vamos a salir los dos (él y yo) en los papeles.

Tengo que informarme cuánto me puede caer por tirar un aparato de rayo láser por la ventana de un octavo piso –de ahí enfrente me enfocan, desde la plaza, sé quién eres y dónde vives, no te pases de listo conmigo…

También puedo hacer como he dicho en el primer párrafo del post y hacer como que no pasa nada y seguir siendo una mujer simpática y amable, pero me pregunto cuántas molestias innecesarias padecemos por no atrevernos a llamar la atención o, simplemente, porque estamos ya demasiado acostumbrados a que nos metan el dedo –o el rayo láser- en el ojo.

En fin.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

 

 

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


noviembre 2013
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
252627282930