Paseos con mi perro. "Llevo la felicidad conmigo" | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

Paseos con mi perro. “Llevo la felicidad conmigo”

 

Acabamos de volver a “casa” Elur y yo de una semana de “inmersión total” en la naturaleza. Hemos ido juntos a brincar por arenas castigadas por la mar brava y a hollar caminos en un bosque de cuento de hadas. Juntos. Contentos.

Cuando acuciaba la sed, yo sacaba de mi pequeña mochila la botellita de agua; él bebía gustoso del borde de un lago, de un riachuelo generoso, del cuenco de mis manos. Si el cansancio llegaba de improviso, nos sentábamos sobre la hierba o al borde del sendero, o sobre la arena seca de la playa.

Si me vencía el sueño, él se acurrucaba a mi lado, no sé si buscando mi calor u ofreciéndome el suyo. A la hora de comer acompasaba su triturar al mío y luego la siesta, lo más pegado posible a mí. Hemos disfrutado del amanecer y de la luna llena, del paseo vespertino y de las estrellas de antes de dormir. Juntos. Contentos.

Mi perrillo Elur sabe que cuando le pongo su cinturón de seguridad en el coche, comienza una nueva aventura, que le voy a llevar a respirar otro aire. Y menea la cola, feliz. Siempre está feliz, incluso cuando se siente enfermo sigue mirándome con ojos de perro enamorado de la vida.

Igual es que acepta la vida tal y como le toca vivirla cada día. Si hace sol busca la sombra y si llueve se arrima a la pared. Come cuando tiene hambre lo que tiene a su alcance y no hace remilgos. Aprovecha todas las oportunidades de “conocer mundo” y se entiende igual de bien con una mujer francesa que con su gato, también francés.

¿Qué se habrán estado contando el perrillo Elur y el gato Vaga en sus paseos y correteos por los caminos? Al segundo día compartían “les croquettes”, bebían del mismo bol de agua y no hubo un maullido o un ladrido que no fuera porque jugaban como viejos colegas.

Elur, con su actitud, es un ejemplo de lo que me gustaría a mí llegar a ser: el paradigma de la adaptación al medio con una sonrisa de felicidad en el rostro. (Mi perro sonríe con los ojos, que eso lo sé yo)

Se adapta porque lleva la felicidad en su interior, porque no etiqueta a las personas, ni los lugares, ni emite juicios críticos sobre el comportamiento de nadie; se limita a SER lo que es y a ofrecer lo que tiene y, qué duda cabe, a aceptar lo que le dan.

Un ejemplo contundente de sabiduría. Y sin haber leído en su vida un solo libro de autoayuda ni asistido a ningún curso de superación personal. Sin practicar yoga, ni reflexionar sobre el profundo sentido del ser, tan sólo…siendo.

Lo que yo creía que nos separaba a él y a mí –su ausencia de mente pensante e intelectual- se está convirtiendo en una fuente de dicha y enseñanza porque me muestra, sin saberlo ni pretenderlo (y sobre todo sin cobrarme dinero), un camino donde los árboles son preguntas, las ramas respuestas y las flores…simplemente flores para disfrutar de ellas.

Quizás algún día yo también pueda ir con la felicidad a cuestas a todas partes sin fijarme en nada más…

En fin.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

Fotos: Cecilia Casado

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


marzo 2014
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31