Todo el mundo me había advertido de que esta película era “buena”. Y como ya llevaba mucho tiempo estrenada (un mes más o menos) y Carlos Boyero había publicado su crítica, me decidí a verla -con mala fortuna, eso sí- en la sesión de las 5 de la tarde.

Lo de que “sale” Scarlett Johansson es “un decir”, porque no se le ve un pelo y como no pude pillar la versión original, me quedé sin escuchar su voz, que ya es también, ir al cine para únicamente disfrutar de la voz de una actriz, pero en fin.

Joaquin Phoenix me recuerda mucho a George Cloony; es decir, que tiene cuatro registros y nada más, a saber: cara de palo, cara de poker, cara de susto y cara de soso. No da para más…en mi opinión, of course.

Luego está el guión, que no tiene desperdicio. La ciencia ficción me gusta bastante porque es lo más cercano a la realidad aunque le llamen de otra manera y siempre ando imaginándome si lo que veo en la pantalla como algo ridículo o demasiado imaginativo no conformará algún día lo que yo pueda tocar con las manos…y me conmueve esa posibilidad, amen de regocijarme.

Pero a lo que voy; el guión de la película “Her”. Es la historia de un amor imposible, que parece imposible y que el director se empeña en mostrarnos que puede ser posible y, cuando ya todos los espectadores nos lo hemos creído, da una vuelta de tuerca más y lo descalabra todo. Es decir, que no tiene final feliz. Y las películas de amor deberían tenerlo, si no… ¿dónde está la gracia, para qué vamos a verlas? Si no queremos rosa-cursi ya están las películas de la sala de al lado del multicine…

El caso es que, después de denodados esfuerzos por mantener mis párpados en posición de firmes, sucumbí. Vamos, que me dormí a ratitos, cosa que no me ocurría desde “Los puentes de Madison” en sesión de las 11 de la noche y después de una copiosa cena bien regada. “HER” es una película de “voz en off” donde no pasa nada o casi nada excepto ver, reiteradamente -porque dura dos horas cumplidas la sesión-, el rostro de Joaquin Phoenix en primer plano y bastante impertérrito.

La historia no está nada mal, que conste. Va de un tipo que lleva tres años divorciado y que se ha refugiado en su propio mundo más allá de otro posible amor. No obstante, su alma arde en deseos de volverse a enamorar pero le resulta difícil relacionarse con las mujeres de carne y hueso y como vive en un mundo virtual o casi, acaba emocionándose con un sistema operativo; es decir, un programa de ordenador que personaliza virtualmente a alguien para que te haga compañía full-time. Y va y se enamora de la voz de Samantha, que no es una mujer real, ya digo, sino una aplicación informática como el whatsapp pero a lo bestia.

¿Acabaremos así algún día, huyendo del contacto físico y real y problemático con las personas para acabar manteniendo relaciones –sexo virtual mediante- con un sistema operativo?

Yo lo veo muy factible tecnológicamente hablando, pero no sé por qué me da que los seres humanos –al menos la mayoría- vamos a seguir prefiriendo agarrar una mano real que llevar en el bolsillo un mini-ordenador con cámara y micrófono incorporados.

Y un último apunte: ¿alguien podría decirme por qué la gente que sale en la película llevan TODOS los pantalones con tiro alto y cinturilla por encima del ombligo? ¿Es la última moda de Hollywood y los de Inditex no se han enterado?

En fin.

LaAlquimista

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