"Calumnia, que algo queda". Reclamo la presunción de inocencia. | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

“Calumnia, que algo queda”. Reclamo la presunción de inocencia.

Mi padre me enseñó a no hablar nunca mal de los demás…y no siempre le hice caso porque hubo un tiempo –lejano ya- en el que todavía yo no era consciente del poder devastador de la palabra. Cuando lo supe, cuando comprobé en mis propias carnes hasta qué punto el verbo cobra fuerza de puñal, me sentí aterrorizada.

Denuncias falsas, maledicencia institucionalizada, calumnias o libelos, todas son formas de destruir la fama del prójimo –esa “buena fama” que todos necesitamos de alguna manera- y de ocasionarle un daño irreversible. Es muy difícil olvidar los escándalos en los que se ven envueltas muchas personas porque la maledicencia se parece al plástico: ambos resisten el paso del tiempo.

Bien es cierto que existen situaciones en las que no se habla por hablar sino que hay documentadas pruebas de que “alguien” está haciendo las cosas en contra de las normas e incluso en contra de la Ley y se sigue el procedimiento previsto: una denuncia, una investigación y un Fiscal que toma cartas en el asunto porque ve indicio de delito.

Pero en demasiadas ocasiones, ANTES de que exista una imputación real, el “público” ya ha juzgado y condenado gracias al revuelo mediático y al poder de las redes sociales.

Y yo me pregunto: ¿dónde queda la presunción de inocencia?

En este país siempre ha sido deporte nacional la envidia y el hablar mal de los demás, para qué nos vamos a engañar a estas alturas, y la maledicencia y la crítica trapera campa a sus anchas por el universo mediático (ver programas/basura en la televisión o leer basura impresa semanalmente).

Por eso tomé la decisión de no acusar públicamente sino con discreción por si me equivoco, de no juzgar ni aun siquiera creyendo que conozco todos los datos, de no condenar ni siquiera cuando parece que tengo motivos para hacerlo porque, si al final resulta que las cosas no son como parecían, estaría destruyendo la buena fama, la respetabilidad de las personas y pisoteando la presunción de inocencia que es un Derecho Humano amparado en la Ley.

¿Que a quién defiendo, que a quién amparo?

A todos aquellos que son escarnecidos ANTES de pasar por el Juzgado y lapidados por la opinión pública que gustosamente les destroza la reputación, la autoestima, y les inflige un daño irreparable. Y también a todos aquellos que, dentro de su pequeño grupo, en familia, en el trabajo, entre los amigos, son señalados con el dedo acusador de quien está en su contra y se permite vilipendiarlos sin más pruebas que su propia palabra contra la del acusado.

Estoy en contra de los linchamientos; los públicos y los privados.

En fin.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

Apartirdeloscincuenta@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


abril 2014
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930