Todos sabemos de personas que no soportan no tener razón en lo que piensan, dicen o hacen y se enfadan si alguien se atreve a llevarles la contraria. Conozco a unas cuantas y, cuando me he topado con ellas, perdida la batalla de antemano, he procurado apartarme de su camino, no por entender que la verdad esté de mi lado y me ampare y proteja sino porque no me resulta beneficioso situarme en el radio de acción de quien valora mi amistad o mi compañía en función de la aquiescencia que yo dé a sus ideas o acciones.
Así valoro la amistad que acepta la diferencia, me descubro ante quien tiene paciencia con mis errores y no los utiliza como armas arrojadizas para apuntarse un tanto de ventaja y sobre todo amo a las personas que son capaces de reconocer sus faltas como yo he aprendido –mal que bien- a confesar las mías.
Cuando creemos tener razón no sirve de nada intentar imponer el criterio personal al otro, ni convencerle con argumentos racionales o de claridad meridiana puesto que esa misma lucidez que alumbra nuestro pensamiento se extiende al suyo para darle también su parte de razón y valor de ser. Como si de un juego de ping-pong dialéctico se tratara, la pelota va a ir veloz de un argumento al otro fatigando a los jugadores y haciendo que se desperdicie la energía vital en ganar una pequeña partida que se premia con la humillación ajena y el ensalzamiento propio.
No vale la pena, nunca ha valido la pena y lo sabemos, pero el orgullo gana demasiadas veces ese pulso estúpido que mantenemos con nosotros mismos, nuestro amor propio contra nuestra dignidad y al final confundimos el uno con la otra. Son victorias pírricas.
Por eso cuando tengo un desencuentro con una persona a la que quiero y las razones se mezclan en un puré de feo color le hago hablar a mi corazón en detrimento de mi mente y resumo la jugada en el más fuerte abrazo que de mi interior sale. Aunque no todo lo entienda, puedo aceptar muchas cosas por cariño y amor.
En fin.
* Dedicado a PGA, con todo mi cariño.
LaAlquimista
Foto: C.Casado. Paris. Un buen mensaje.