Reflexión sobre el terrorismo | A partir de los 50 >

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Cecilia Casado

A partir de los 50

Reflexión sobre el terrorismo

 

 

Este no va a ser un post de análisis político ni de sociología, más que nada porque ya se encargan los expertos pagados de hacerlo enredando al personal con sus falacias, manipulación y mentiras. Porque todo es mentira en contraposición con lo que es verdad y según quien escriba o hable o salga en la televisión la “realidad” cambia de tono, de sesgo, de bandera. Hay unos “buenos” y unos “malos” en un eterno bucle de reproches, lanzazos y declaraciones institucionales.

Terrorismo viene de terror y terror es sentir un miedo muy intenso siendo ésta una de las emociones primarias del ser humano, la que pone en marcha la adrenalina para subsistir, la que metía en la cueva a nuestros ancestros cuando aparecían los mamuts y la que hace que salgamos corriendo cuando aparece alguien empuñando un arma. Provocar el miedo es la única manera de doblegar al otro, sea quien sea ese “otro”: sirve lo mismo dentro de la intimidad de la pareja que para conquistar un país entero.

Los Gobiernos de los Estados tan sólo tienen una solución para combatir el terror producido por las armas: más armas. O quizá sean las mismas que ellos fabrican y venden las que –como una paradoja justa del Universo- regresen cargadas con más odio a completar el ciclo mortal para el que fueron fabricadas.

Los Gobiernos de los Estados no aportan soluciones porque los individuos que los forman se han convertido en una “masa” política donde la moral individual y la ética personal tienen poca cabida; tan sólo impera “la ideología de partido” y las disidencias humanitarias se pagan con la expulsión. *

Así las cosas tan sólo queda la labor individual, de hormiguita, de cada persona-humana que esté despierta a lo que ocurre en el mundo y quiera ensanchar su mente y su corazón para aportar el granito de arena de amor que neutralice las pedradas de odio que nos lanzan los Gobiernos de los Estados.

El amor.

Puedo hablar de amor a mis hijas y explicarles –como vengo haciendo desde aquellos cuentos de su infancia- que somos libres de desear el bien o de apostar por el mal ya que tenemos esa capacidad de elección implícita en nuestra condición de personas-humanas. Puedo hablar de amor con mis amigos y amigas y “darles la chapa” explicando que en vez de lanzar al Universo un mensaje de odio contra quienes expanden el terror, la barbarie y financian las guerras, lancemos un mensaje de amor aunque sea pequeñito, aunque sepamos que no es más que un grano de arena en la inmensa playa de los buenos sentimientos de gran parte de la humanidad.

Puedo escribir en mi Blog Personal que es mejor dejar de utilizar los términos y conceptos negativos; que enviemos amor para que haya paz en las almas atormentadas que empuñan un fusil; que enviemos amor para que despierten los corazones de los líderes mundiales que se ocupan más de la felicidad de los bancos que de la de sus ciudadanos; que enviemos amor para que en la familia, en la cuadrilla, en el trabajo no se instaure el odio hacia el vecino de diferente religión o el compañero de distinta ideología.

Amor vincit omnia…o por lo menos se puede intentar.

Es lo único que puedo hacer desde mi grandeza y a la vez insignificancia como ser humano; elegir el tono de mi discurso, decidir si quiero gritar en contra de lo que me desagrada o si prefiero enviar mi fuerza amorosa a favor de aquello en lo que creo firmemente.

Mi lucha contra el terrorismo de cualquier sesgo es repetir (para no olvidar) el mensaje de amor que escucho, que percibo, que siento, que vibra, que canta, que susurra a través de los corazones de todas las personas que aportan su pequeño granito de arena dorada en vez de la piedra negra del odio. Libres para elegir.

En fin.

LaAlquimista

* Recomiendo la serie de televisión danesa “Borgen”; ideal para que los que estamos fuera de la política entendamos un poco la política.

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

Dibujo. Amanda Arruti

 

 

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


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