>

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

¿Realmente “la vie est belle?”

En realidad las mismas razones tenemos para proclamar que “la vie est belle!” –en plan glamour- como para dar un puñetazo en la mesa y gritar “¡la vida es un asco!”. Porque hay un tiempo –e incluso épocas enteras- en que el corazón se encoge, el ánimo se retrae, la sonrisa se tuerce.

La muerte de un ser amado que nos roba el norte, el abandono de la pareja que era apoyo vital, la traición de quien era depositario de nuestra confianza. Un proyecto que se frustra, un accidente que avasalla, la enfermedad al acecho. Y el paso del tiempo en el espejo, el deseo de caricias, las garras de la soledad “de la mala”…

Todas estas situaciones cotidianas nos unen en un mismo y común sufrimiento, aunque nos resbale el ajeno y sólo tengamos ojos para el propio. No queremos sufrir y punto. Sin embargo, sufrimos y nos enrabietamos con la propia pena, gritamos el dolor en soledad y concluimos que sí, que “la vida es un asco”.

Cuando se sienten maltratados los sentimientos, cuando  toca estar en el ojo del huracán sin más punto de apoyo que la propia fuerza interior; al constatar por enésima vez que la vida no es lo que se esperaba de ella, que las promesas fueron falsas y el futuro prometido un espejismo, en esos momentos… ¡qué difícil es seguir sonriendo y decir “la vie est belle”! Además, suena ridículo, como de tonto del haba, ir por la vida en modo Zen y hacer como si la cosa no fuera con nosotros, como si levitáramos unos centímetros por encima del sufrimiento del común de los mortales y estuviéramos recubiertos de una pátina dorada de protección falsamente espiritual.

 El mundo pequeño que conozco está dividido en dos tipos de gente: los que piensan que “la vida es un asco” y los que votan por “la vie est belle!”. Entre unos y otros me muevo en el día a día; unas veces acompañando a los que se quejan, despotrican, juran en arameo y protestan por lo que consideran injusticias vitales y otras veces –las menos, todo hay que decirlo- de la mano con quienes intentan ver lo positivo del día a día y “darle la vuelta” a las situaciones alquimizando en lo posible las energías negativas para convertirlas en positivas.

Ambas opciones son las dos caras de la misma moneda –la que nos ha tocado en suerte en la vida- y más vale ir haciéndose a la idea de que no todo es negro ni todo es de color de rosa.

Entonces… ¿Sirve de algo ser una persona positiva? ¿Tiene alguna ventaja dejar de mirar de frente al horror, injusticia, maldad y mala intención del ser humano? En realidad, hagamos lo que hagamos… ¡la vida va a seguir siendo la misma! ¡Van a seguir ocurriendo parecidas desgracias! ¡Nada cambia!

 

O sí…

Cambia nuestra actitud, esa que no depende de nadie más que de nosotros mismos, la postura emocionalmente inteligente ante el conflicto, sea cual sea el conflicto y sea cual sea la actitud que adoptemos. Lo que ocurre es que “está mal visto” ir de la vie est belle por la vida, lo mejor aceptado es refunfuñar, despotricar, cabrearse, estar todo el día con la queja, el insulto, el puño en alto y la piedra dispuesta a ser arrojada sobre quien nos molesta, engaña o defrauda en nuestras expectativas. Lo único que cuenta hoy en día es gritar lo que uno piensa sobre el prójimo, extender una buena capa de pintura gris sobre las supuestas buenas intenciones; desconfiar de quienes “van de buenos”, no creer en nadie porque, quizás, ya no creemos en nosotros mismos y no queremos enfrentarnos a la terrible verdad que flota en el aire y que no es otra que la VIDA ni es ni deja de ser… y que si nos enfadamos con ella es precisamente por eso, porque no se doblega a nuestros deseos, porque no cumple expectativas, porque se escapa al estúpido control que creíamos haberle impuesto.

Así que, por el mismo precio, propongo darle a la vida una oportunidad todavía y a partir de este momento dejarla con su pequeña corona de “belle” un tiempo más, justo el tiempo de una reflexión benevolente.

En fin.

LaAlquimista

https://www.facebook.com/laalquimistaapartirdelos50/

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


diciembre 2016
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031