Jubilados | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

Jubilados

 
Desde que no tengo que ir a trabajar, el tiempo, las horas del día, una detrás de la otra, han ido adquiriendo un valor intrínseco, específico y personal que hasta ahora (y mira que he vivido años) no habían tenido. Cuando mi única alternativa era deslomarme intelectualmente por un salario mensual –aunque llegué a convencerme de que lo hacía a gusto e incluso era feliz haciéndolo- no tenía demasiada conciencia del paso del tiempo como no fuera para vigilar que sonara pronto la sirena de salida los días laborables. A partir de ese hito la vida comenzaba realmente para mí (y para tantos otros).
Sin embargo, desde que no tengo ya que ir a trabajar, primero gracias a la crisis que se llevó por delante mi puesto de trabajo (y tantos otros), y luego porque me llegó la hora de empezar a recuperar de las arcas públicas las cotizaciones que salieron de mi bolsillo privado durante la friolera de cuarenta y dos años, la primera hora del día es sagrada y hermosa en cada uno de sus sesenta minutos.
Abrir la conciencia y los ojos pausadamente, sin ser despertada por la alarma antiaérea del móvil, desperezarme lánguidamente comprobando si los cuatro puntos cardinales de la cama siguen estando en su sitio, posar un pie y luego el otro en la tierra, en la vida, en la alfombra suave de mi libertad.
Preparar el té con todo el mimo posible, meditar sobre la profundidad de la cosa mientras un par de tostadas se broncean lentamente para bendecirlas con aceite oscuro e intenso, como un amor maduro…
Pero también la segunda y la tercera horas son sagradas y hermosas. Todas ellas. Porque nada me aprieta, porque nadie me agobia, porque no suena el teléfono, ni recibo treinta correos electrónicos al día, porque no tengo reuniones, ni se repite mi nombre cincuenta veces en una misma mañana. Las horas, el tiempo del reloj es sagrado porque es exclusivamente mío. La cosecha que no esperaba recoger hasta los sesenta y cinco fructificó casi diez años antes; algo verde y bastante menguada, pero suficiente –con qué poco podemos vivir dignamente- para hacerme crecer las alas.
Ahora puedo dedicarme a reflexionar sobre lo que más ha importado a la humanidad cuando no había que ir a cazar mamuts. Las preguntas del millón, del tipo: “Quienes somos, de dónde venimos y a dónde vamos? ¿Qué es el ser? ¿Qué es la esencia? ¿Qué es la nada?”*** Ahora comprendo que es preciso pararse a mirar al vacío circundante para poder entender la inmensidad del caos. Embutirse en la espiral ruidosa que nace con nosotros para, en medio de ella, hallar el verdadero silencio. Como hacen sabiamente los jubilados que se pasan horas delante de las obras en cualquier rincón de la ciudad. Ahora puedo comprenderles y, sin lugar a dudas, romper una lanza a su favor.
Los que aún trabajan atados a la férula impositiva de las ocho –o más- horas al día, no podrán entenderlo. Pero algún día se darán cuenta de que es la jubilación el comienzo de un largo curso de filosofía. Una “carrera” que puede ser tan larga como la suerte –y la salud- deparen y tan fructífera como uno libremente decida que sea. Ya no habrá “exámenes” ni “notas de fin de curso”; tan sólo la satisfacción íntima –e inmensa- de saber que ahora sí, por fin, cualquier actividad emprendida puede estar perfumada con el exquisito aroma de la libertad. Cuestión de darse cuenta de ello…
No seré yo quien lo desaproveche.
Felices los felices.
LaAlquimista
https://www.facebook.com/laalquimistaapartirdelos50
Por si alguien desea contactar:
apartirdeloscincuenta@gmail.com
*** Siniestro Total. Letra de una canción.

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


octubre 2017
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031