Son muchos los meses que llevo batiéndome el cobre cada día en este asunto del blog “A partir de los 50” con la única –y cuando digo única, digo “única”- intención de compartirme con los demás en ideas, pensamientos, reflexiones y divagaciones varias para entregar y recibir, ya que cuando se ofrece algo a los demás siempre existe la posibilidad de que el beneficio sea mutuo.
Dicho esto entro a por uvas; desde casi el principio y teniendo en cuenta de que escribo con luz y taquígrafos, con mi nombre real y mi ubicación real, poniendo mi foto y sin nada que ocultar, algunas personas han considerado (erróneamente desde mi punto de vista) que esto es un foro en vez de un blog, un sitio donde uno puede decir lo que quiera y como quiera incluso atacando a la persona que lidera el blog, que es una servidora.
Y no. De verdad que no estoy dispuesta a que ciertos ciudadanos que me conocen personalmente o que en algún momento sus caminos se hayan cruzado con el mío y no les haya gustado el deselance final utilicen esta palestra libre y de fácil acceso para atacarme y meterse conmigo desde el anonimato. ¡Qué fácil es pontificar, criticar, juzgar, opinar y descalificar a Cecilia Casado desde detrás de un nick o pseudónimo y una dirección de correo falsa o inexistente! ¡Cuánta cobardía se esconde detrás de esos comentarios faltones y abusivos!
¿Qué tengo que hacer? ¿Borrar los comentarios anónimos para que luego se ceben diciendo que es censura y soy una fascista? ¿O seguir aguantando –día sí y día también- al descerebrado de turno que se aburre y no tiene nada mejor que hacer en la vida que cambiar de nick (que no de discurso) y –hablando en plata- tocarme las narices?
Me defiendo con la palabra cuando con la palabra me atacan, pero si me tiran piedras envueltas en anonimato no puedo hacer mucho más que o borrar los comentarios ofensivos o borrar el blog entero. Y llevarme un mal rato, por supuesto.
¡Cuánto estoy aprendiendo, cuánto…!
En fin.
LaAlquimista
P.d.- Ruego que todos los comentarios que se publiquen vengan acompañados de la correspondiente dirección de correo electrónico. A ser posible, auténtica. Gracias por la atención y perdón por las molestias.