Mañana se acaba el año y es una fecha tradicionalmente importante. Comer las uvas al son de las últimas doce campanadas, llevar ropa íntima de color rojo y pintar el cielo con efímeros fuegos de artificio son unas de las muchas costumbres que no nos dejarán olvidar que comienza un nuevo ciclo. También será el momento para elevar una pequeña plegaria a los dioses (cada uno a los suyos particulares)y de paso pedir un par de deseos.

Yo tengo buenos deseos para el año entrante:

• Deseo ocuparme más de mi propia vida y preocuparme menos por la de los demás.
• Deseo escuchar atentamente a la niña pequeña que vive en mi interior y menos la algarabía circundante.
• Deseo seguir mirándome al espejo sin torcer el gesto.
• Deseo que todo lo bueno que pueda conseguir se contagie a quienes me rodean.
• Deseo que lo bueno y lo malo que me pueda acontecer contribuya al crecimiento que necesito.
• Last but not least: Deseo fervientemente que todas las mujeres y hombres del mundo se encuentren a salvo de agresiones contra su vida y dignidad. (Este deseo es imposible, lo sé, pero una también tiene su corazoncito idealista)

Y como tan sólo depende de mí misma la realización de estos sencillos –o no tan sencillos- deseos, ya me he puesto contenta. No hay nada más terrible que la vida, NUESTRA vida, dependa de los intereses o deseos de otras personas.

Termina el año mañana con muchas luces y sombras en mi corazón. La marcha de seres humanos que fueron importantes en mi vida, la subida al “cielo de los perritos” de mi querido Elur y, para compensar, la alegría de sentir a mis seres amados integrados en un corazón común.

FELIZ ENTRADA DE AÑO PARA TODOS

Con Cariño y energía positiva,

Felices los felices.

LaAlquimista

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