Sigo en tierras yucatecas mirando con estupefacción hacia Europa. Obviamente, yo también he flipado en colores al ver cómo “la curva” se ha disparado sin que, los unos por los otros, la casa sin barrer y el gobierno responsable contemporizando con cara de póker del que tiene malas cartas y espera que el contrincante las tenga aún peores.
La discusión estuvo centrada durante varias semanas entre las teorías conspiranoicas y el cuento de la cigarra y la hormiga. Los unos por dárselas de listillos mejor informados y los otros por no querer verle las orejas al lobo cuando las tenía ya metidas en el redil de las ovejas.
No sé muy bien qué pensar en la distancia sabiendo a mis conciudadanos, a mis amigos y personas cercanas confinados en sus casas sin otro tema de conversación que hablar de lo mismo, comentar memes y ver vídeos que pretenden ser divertidos: apurando el cáliz hasta las heces que decía aquel.
Mi realidad se tambalea también y no sé muy bien quién está moviendo los hilos pero siento que tiran de mí de manera ruda e irremisible. Mis billetes de avión para volver a España tienen fecha 30 de Marzo y me confirman que el vuelo sigue operativo. Lo que ya no me dicen es qué pasará con mis huesos cuando desembarque en Madrid y me queden por delante casi 500 kms. para llegar a mi “confinamiento particular” en Donostia. Una incertidumbre en toda regla que, como no podía ser de otra manera, ha modificado las circunstancias de este encuentro familiar con el que tanto ansiábamos mis hijas y yo.
Escarmentando en cabeza ajena –que siempre se ha dicho que es de sabios-, nos hemos autoimpuesto una cuarentena de dos semanas de reclusión en la casa familiar. Sin salir ni para ir a comprar comida (después de haber hecho acopio de alimentos) a la farmacia o a trabajar, excepto lo que se pueda hacer a través de Internet. Podría parecer una medida exagerada habida cuenta de que en México a día de hoy -17 de Marzo de 2020- hay 82 casos confirmados, 171 sospechosos, 579 negativos y ninguna defunción por COVID-19, pero ocurre que la pequeña de la casa, con sus cuatro añitos, entra de lleno en el grupo de riesgo por patologías respiratorias. Y eso lo modifica todo.
Me hace pensar en aquellos soldados que fueron llamados a filas y se dieron cuenta demasiado tarde de que no eran más que carne de cañón, mientras los gerifaltes de turno clavaban chinchetas de colores sobre un tablero en la pared del puesto de mando.
AMLO –que así le llaman aquí al presidente Andrés Manuel López Obrador- dice que “aquí no pasa nada” y me recuerda al tristemente famoso “España va bien” de aquel otro visionario que a punto estuvo de llevar el país a la ruina.
https://aristeguinoticias.com/1503/mexico/no-nos-van-a-hacer-nada-las-pandemias-amlo/
Lo que han hecho ha sido adelantar y alargar las vacaciones de Semana Santa en los colegios y cerrarlos. Los niños a casa y el resto del país a seguir apechugando, sobre todo porque más del 50% del trabajo que se realiza es irregular, eufemismo que encubre a la economía sumergida.
Si me leen esta crítica hacia el gobierno mexicano, igual me deportan y yo se lo agradezco en el alma porque nunca me han gustado las psicosis colectivas, ya me basta con mis propias neuras.
Ahora tengo que intentar estar agradecida por este tiempo enormemente intenso en familia, pero creo sinceramente que el confinamiento, la cuarentena, la aplicación de medidas restrictivas a la libertad del individuo se llevan mucho mejor durmiendo en la propia cama y conviviendo con las propias manías.
De lo que saldré más que beneficiada es del tiempo extendido jugando a hacer el mono con mi nietecita: nos divertimos sin necesidad de tener una tablet delante y estoy sentando las bases del recuerdo que tendrá en el futuro de lo extravagante que era su amatxi.
Hoy es mi “Día 1”. Haré coliflor con patatas para comer.
Felices los felices.
LaAlquimista
https://www.facebook.com/laalquimistaapartirdelos50/
Por si alguien desea contactar:
apartirdeloscincuenta@gmail.com
** Por cierto que la cerveza conocida en España como “Coronita” tiene su nombre original como “Corona”.