A mayor tecnología, mayor aislamiento | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

A mayor tecnología, mayor aislamiento

Mis amigas y amigos son de distinto pelaje. Quiero decir que soy muy “heterodoxa” en cuanto a relaciones se refiere y me trato con gente diversa, donde cada uno es “de su padre y de su madre”. Y me iba bastante bien hasta que fuimos invadidos –o abducidos- por la tecnología comunicativa.

Sigo teniendo una amiga del instituto que se niega a tener whatsapp, casi siempre tiene el móvil en “modo avión a punto de estrellarse” y me cuenta cosas por email. ¡Y vive aquí al lado!

Otro que tal baila es ese amigo que debería tener toda mujer que se interesa por el comportamiento masculino –lo heteropatriarcal que se dice ahora- y con el que tengo que quedar para departir “vis à vis” –preferiblemente a la hora de comer- y que se le infla la próstata si le llamo por teléfono porque piensa que tan sólo hay que utilizar este adminículo para las cosas de gravedad. Que no tiene costumbre, vamos.

Luego están quienes miran los whatsapp recibidos durante la jornada cuando ya están en la cama con el gorro de dormir calado hasta las cejas, lo que suele ser poco propicio para responder a requerimientos del tipo: “¿Nos vemos esta tarde para tomar una caña cuando salgas de trabajar?”. Luego te contestan que utilizan este tipo de mensajería para cuando son ELLOS los que quieren algo y al resto…ni caso.

También están los que llevan el Smartphone como una prótesis, pegado a la mano izquierda y no lo sueltan ni para hacer sus necesidades fisiológicas (literal, que me lo sé yo). Vi en una película (francesa) al tipo de pie en el urinario sujetando una cosa con la derecha y otra cosa con la izquierda. Todavía me estoy riendo…

Esta gente que padece “nomofobia” –miedo irracional a quedarse sin el móvil o sin conexión a Internet- no contesta a las llamadas de teléfono porque las considera INVASIVAS y te imponen el protocolo de su disfunción sin darte cuartelillo. Es decir: que hay que mandarles un whatsapp preguntándoles si se avendrían a tener una conversación por teléfono porque el tema es largo o enjundioso, y ellos te contestan –cuando les da la real gana- emplazándote a un día y una hora. Algo así como: -“hola tú, que necesito hablar contigo de un tema importante”. –“Ah uffff (emoticono agobiado) pues no sé estoy liadisssimo igual mañana hacia las siete”. –“¿De la mañana o de la tarde?” –“Ha ha ha qué graciosa eres (emoticono desternillándose)”… Y así durante veinte minutos que se podrían haber aprovechado para despachar el asunto de viva voz en trescientos segundos mal contados.

Hubo un tiempo en el que sonaba el teléfono y nos tropezábamos por el pasillo por llegar los primeros a cogerlo (antes que el resto de la familia) y ahora nos hemos puesto en plan ministro –de cuando los ministros trabajaban como está mandado-. Ahora vibra la pantalla, la miramos displicentemente, meditamos durante tres segundos si “nos apetece” contestar esa llamada y le damos a la tecla de rechazar o de estoy ocupado o de que te den.

Miedo me da pensar en que me pase algo grave de verdad y no me conteste nadie ni al teléfono ni al whatsapp y me tenga que poner a pegar gritos por la ventana. Que, por cierto, ya sé que no hay que decir nunca “¡Socorro!” sino “¡FUEGO! ¡FUEGO!” que es el ábrete sésamo que hace que todo hijo de vecino se ponga las pilas y haga lo que hay que hacer cuando el otro necesita ayuda.

Creo que me he ido por los cerros de Úbeda –suponiendo que en esa ciudad de Jaén los haya-, pero la idea ha quedado más o menos explicada con claridad. Y la queja, por supuesto. Lo dicho: más solos que la una nos vamos a quedar a este paso por pasarnos de frenada.

Felices los felices…y los que se comunican entre sí.

LaAlquimista

Te invito a visitar mi página en Facebook.

https://www.facebook.com/apartirdelos50/

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

 

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


septiembre 2022
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
2627282930